"Mandarinas"

FICHA TÉCNICA

Coproducción Estonia-Georgia 

Director: Zaza Urushadze

Año: 2013

Duración 83 min.

PREMIOS

2014: Premios Oscar: Nominada a Mejor película de habla no inglesa

2014: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa

2014: Satellite Awards: Mejor película de habla no inglesa

A modo de introducción diré que fue muy importante que una película de países tan pequeños como Georgia y Estonia llegara a los Óscar y a los Globos de Oro, por lo que tiene el mérito de haberse convertido en la primera película de origen báltico que consigue ser nominada a ellos.

Tuvo el detalle de recomendármela nuestra compañera Joseme. Como valenciana de pura cepa que soy y amante de las naranjas en general, me atrajo su título, y después de algunas vicisitudes para  visionarla, tengo que decirte, querida Joseme, que no me ha decepcionado.

En cuanto a la trama, tan solo daré una pincelada para describir el escenario de los hechos.

Ivo

Es en 1990 cuando estalla la guerra en una provincia georgiana que busca la independencia.
El carpintero estonio Ivo (en la foto de la derecha), a diferencia del resto de sus compatriotas y familiares, decide quedarse para ayudar a su amigo Margus en la  próxima recolecta de la campaña de mandarinas.

Pero un incidente entre georgianos y chechenos en la puerta de su casa, acaba con dos heridos, Ahmed (checheno) y Niko (georgiano), dos personas que están en lados opuestos en la guerra, y a las que Ivo se vé obligado a cuidar en su casa, con la ayuda del médico Juhan.

Con su infinita paciencia, les hace prometer que no serán enemigos bajo su techo y consigue, con sus inquebrantables valores humanos y su heroica actitud, que cada uno de ellos aprenda una lección: la guerra es absurda y ha de predominar, por encima de sus respectivas ideologías, el pacifismo. 

Ivo y Margus

Ahmed y Niko

Me llamó la atención, además de su corta duración y de que la película tan solo cuente con cuatro personajes (esos cuatro hombres), el bello paisaje rural y la 'calma tensa' que se respira en todo momento. 

Pero por encima de todo, la tolerancia, el perdón, ese amor por la tierra que siente Ivo y el valor de la auténtica amistad entre él y Margus.

Precisamente, el realizador explicó en su día en una entrevista que lo que quería era transmitir esos valores y las virtudes humanas que pueden influir y hacer rectificar tanto actitudes propias como de los enemigos.

Y, desde luego, en mi opinión, lo consiguió. 
Así que, de la misma manera que os animo a comer mandarinas, ricas en vitamina C, no dudo en recomendaros esta película, cargada de vitaminas de esperanza en el ser humano y de fe en la palabra como instrumento de conciliación ante cualquier tipo de conflicto.