22/11/2025

13 aniversario del Blog con un adiós a Consuelito


Consuelito con sus tres hijas.
La de la derecha es mi madre, Consuelín.

Coincidiendo con el 13 aniversario de mi blog, no podría hablar de otra cosa ni persona que no fuera de mi abuela Consuelito, fallecida hace días, el 4 de noviembre de 2025, a sus 102 años.

En este blog ya le hice un homenaje de esos que se llaman en vida, cuando cumplió los 100. Aquí lo podéis ver:

 https://cheloferrerblog.blogspot.com/2023/07/100-anos-de-consuelito.html 

Su 100 cumpleaños, el 6 de julio de 2023.

Ahora me queda hacerle un sitio de honor en este lugar que siempre llamo espacio mío, además del que ocupará siempre en mi corazón y mente.

Quiero pensar que tras su pérdida quedarán en el mundo otras personas igual de optimistas, satisfechas con la vida, idealistas y de corazón sereno como ella. Tan admiradoras de la belleza como coqueta era. No digo belleza en el sentido literal de la palabra pues para ella "bello" era todo lo que sus ojitos veían. Eran las presentadoras de la televisión y las modelos de las revistas las que llevaban mis vestidos y zapatos, que tanto le gustaban, y la melena como yo (no al revés), añadiendo siempre lo de qué graciosa eres y lo de tienes todos los dones (a ver, era mi abueli). Eran los traje chaqueta de mi hermana los más bonitos que había visto en su vida. Era el humor de mi hermano el que más la hacía reír.

Consuelito conmigo (su nieta mayor)
y con su biznieto mayor, Juanvi, en la comunión de su biznieta Patri.

Y estaréis pensando de nuevo... claro, hablaba de tres de sus nietos (tenía 7, y 6 biznietos).

Si lo resalto es porque era así con todo el mundo, no halagaba por halagar sino que siempre encontraba algo agradable que decir. Como dije en un post que publiqué en mi cuenta de Instagram, siempre veía el lado brillante de las cosas.

Esto, su amor por la familia y su permanente sonrisa era lo que más la definía. 

Una persona que la conoció en sus últimos días me dijo: "Es como el último modelito exclusivo de una tienda". O una querida amiga mía, llamada Bahia, me escribió: "Cada vez que mires al cielo, ella estará ahí, brillando, sonriendo, pintándose los labios en el paraíso". Porque hay que decir también que hasta casi el final de sus días se ponía sus polvos de maquillaje (los de toda la vida quería, y yo se los regalé hacía muy poco), su colorete, sus joyitas y su perfume. 

2025

También añadiré que Manel, mi pequeño rubito, me preguntó: "Tía, ¿es verdad que hay que marcharse al cielo con muchos números?".

Jamás se quejaba de nada. Todo era, en palabras suyas, "mejor imposible". O si le preguntabas cómo estaba, su respuesta era "en medio del cielo".
Tanto era así que la comida siempre era exquisita. "Es usted muy buena cocinera" era la frase que a diario le decía a mi madre, con la que convivía y quien amorosamente la cuidaba. El dulce la volvía loca, y los brindis con sidra también.

El bloque de merengue, su dulce favorito
Las monas de Pascua, su tradición preferida

El clima siempre era el adecuado (si hace sol, por la calidez que nos proporciona; si llueve, porque hace falta). La hora siempre era la oportuna para lo que hubiese que hacer (comer un helado, ver la novela "Valle Salvaje" -a la que me enganché por ella-, o echar una cabezadita). Cierto es que cuando yo llegaba del trabajo a medio día a casa de mi madre para comer, lo primero que hacía era soltar las cosas y entrar corriendo a verla a la salita donde ella, más cuidada que una muñeca y manita sobre manita, veía en la tele el programa de Arguiñano o cualquier concurso.

El helado de media tarde

Este último verano, en el pequeño chalet que mi madre tiene en la playa de Burriana, lo pasó pipa. Para ella fue mejor que estar en un lujoso resort. Lo recorría con su andador de arriba a abajo, con pasitos de hormiguita, en busca del sol. Aquí celebramos sus 102.

Celebrando su 102 cumpleaños el 6 de julio de 2025

Ni siquiera en sus últimos días en los que nosotros  sufríamos viendo su creciente y rapidísima decrepitud, mostró disconformidad con nada. Al contrario, siempre decía: "Lo que vosotros queráis". Pude ver cómo, no queriendo separarse de nosotros, se aferraba a la vida con sus cada vez más menguadas fuerzas. Así hasta su último latido. Debido a su excelente salud no padecía de ningún mal. 
Mi abuelita no tenía nada de qué morirse, salvo sus muchos años. 


Diré más, temía a la muerte... Nunca hablaba de ella, ni de visitar el cementerio, ni siquiera de cosas lúgubres.
Tan solo en una de las múltiples conversaciones que mantuvimos en sus últimos días, me verbalizó que el cuerpo la estaba abandonando. No lo olvidaré jamás, como tampoco que me dijera algo que hace años le aconsejé que no volviera a comentar delante de mis hermanos y primos: que yo era su nieta preferida, quizás porque fui la primera nieta. También me volvió a decir, sin apenas voz… graciosa
Otro día, estando con mi hermana, nos dijo a las dos que estaba orgullosa de nuestra educación.

A su funeral acudieron literalmente todas las vecinas (mejor dicho, hijas de vecinas porque sus vecinas ya no vivían ninguna), y una de ellas dijo que Consuelito era la "institución" de la que había sido la calle de todas.

Yo leí una lectura preciosa del evangelista San Juan que decía que el que no ama a su hermano permanece en la muerte.


Ay, si ella hubiera escuchado esto y visto la cantidad de flores que tenía... Es que la hechizaban.

Siendo sus hijas muy mayores (la que más mi madre, con 80 años), yo ahora voy a procurar que todo sea como pienso que a ella le hubiera gustado. 

También quiero hacer de sus pensamientos mis lemas de vida, no para ser longeva como ella sino para honrarla como se merece. Fue mi diva, mi más fiel admiradora, la persona más adorable que he conocido en toda mi vida. 

agosto 2025
Vuela alto, mi bella alma

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