Aparentemente formaban una extraña pareja. Ella, Noor, es argelina, de piel tostada y larga melena negra. Él, David, parece híbrido; diríase que español y sueco a la vez pues tiene tez morena y cabello rubio.
Cuando Cupido les lanzó su flecha con fuerza no sabían que su amor, ni de lejos, iba a ser sempiterno.
La madre de Noor andaba unos días muy preocupada y, necesitando desahogo, me confesó entre lágrimas que su hija le había pedido emanciparse para así poder hacer su vida y que su marido desconocía esa relación.
Temía que, fuera de su manto protector, llegara a suceder algo que a él le enfureciera dado el fuerte carácter que tenía.
Le aconsejé que se enteraría más pronto que tarde y que lo correcto sería contárselo.
Fue entonces cuando ella, Khadidja (madre de Noor), decidió invitar a David a cenar. Lo organizó todo a la perfección a fin de que su marido fuera asimilando que la niña pronto saldría del nido.
El muchacho les pareció bueno, los trató con mucho respeto e hizo gala de una exquisita educación, tanto que Ahmed, que así se llamaba el padre, quedó encantado con él.
La sorpresa llegó al final de la cena cuando, con un té entre las manos y mirándoles a los ojos, David les dijo que quería convertirse al Islam.
Todos se quedaron perplejos, pero rápidamente se dieron cuenta de lo rotundo y serio de su afirmación.
No se equivocaron. El chico se convirtió y ello les hizo pensar que su niña estaba con un hombre de palabra.
Hoy, un año después, Noor y David han roto su relación.
Él le ha dejado una nota en la que le dice que va a contar a su padre que han mantenido relaciones sexuales, sabiendo la extrema importancia que la religión islámica concede al tema de la virginidad.
Le pide, a cambio de tener la boca cerrada, unos cuantos miles de euros que Noor no tiene.Como el chico era y es de palabra, ha decidido ya llevarla a término.
339 palabras
Reto de la Comunidad Relatos Compulsivos:
Palabras a emplear: "híbrido, "emancipar" y "sempiterno".
¡He obtenido el 3r puesto!
Este es el bonito póster que Sue,
organizadora de la Comunidad,
Me he quedado con ganas de más! Que interesante!
ResponderEliminarUn saludo!
Me alegra que te haya resultado corto el relato, Beatriz.
EliminarMuchas gracias.
Un beso.
Madre mía, con lo que valoramos a las personas "de palabra" menudo chasco y menudo miedo. Un abrazo
ResponderEliminarAhí está, en que al final la palabra de esta persona tiene muy poco peso y la decepción es muy grande.
EliminarUn abrazo, Ester.
Jo, Chelo. ¡Menudo desgraciado ha resultado mi tocayo! Un relato que nos da un zarpazo tras una historia que resultaba demasiado bonita para que algo no la torciera. Pero desde luego no esperaba hasta ese punto. Muy acertado uso de los nombres para diferenciar a los personajes y su distinto origen. Fantástico relato, Chelo. Un abrazo!
ResponderEliminarQue te parezca fantástico me alegra muchísimo David.
EliminarEsto pretendía, que quedara clara la diferencia de culturas desde un principio.
Realmente, sí, demasiado bonito para ser verdad.
Un abrazo.
Terrible tragedia con el chico de palabra. Pobre Noor. Tan bien que iba su historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, no me gustaría estar en su piel porque el sufrimiento causado es irreparable con todo el dinero del mundo.
EliminarUn abrazo, Sara.
Ay, Chelo, le pones humor a todo. Caray con el chico de palabra. Menudo mal bicho. Has conseguido un final totalmente inesperado. Al menos, para mí.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso.
Gracias, Rosa. A Noor no creo que le hiciera mucha gracia. Yo, con el post, sí pretendía crear un poco de sorpresa.
EliminarUn reconfortante abrazo.
Caramba, Chelo, me has dejado tieso, pues esperaba una historia de amor con final feliz. No sé si te has basado en una historia real o es un relato imaginario. Sea como sea, conozco algún caso en que una relación entre personas de cultura y religión dispares ha acabado en un rotundo fracaso, pero esta historia ya cae en el drama.
ResponderEliminarComo moraleja, podemos decir aquello de que no hay que fiarse de las apariencias. En este caso, el chico, aparentemente tan formal, llevaba malas intenciones desde un primer momento.
Un abrazo.
La verdad es que es un relato inspirado en una historia real. El drama en la familia es inmenso, imagínatelo.
EliminarDesde luego, el hábito no hace al monje y uno ya no puede fiarse ni de su propia sombra.
¡Hasta muy pronto!
Besos
Oh, vaya, Chelo.
ResponderEliminarCon ese final me has dejado muda.
Palabra tendrá porque cumple lo que dice, pero no voy a opinar nada bien de lo que me parece.
Es como aquel que se nombra como alguien muy sincero (excusándose en ello) y luego de cada palabra que suelta, no sabrías decir cual es la más hiriente. En este caso igual.
Muy pero que muy buen relato.
Un beso enorme.
Agradezco muchísimo tus palabras, Irene.
EliminarEl ejemplo que pones es muy bueno. No es posible herir y luego excusarse seguida y repetidamente porque el daño hace mella en las personas.
Un beso muy grande, amiga.
Pues sí, un chico de palabra lo que nadie les dijones si esa palabra seria acertada o no .
ResponderEliminarBuen relato y no falto de cierta realidad que ultimamente se está viviendo en algunas casa con alguna que otra variante.
La verdad es que sonaba muy rara esa conversión al Islalm dada por el chico, pero no hay que desconfiar solo porque sí.
EliminarGracias por tus bonitas palabras, tocaya.
Un beso.
Menos mal que era un buen chico y que su amor era sempiterno.
ResponderEliminarEso, eso, si no llega a serlo...
EliminarGracias por venir a comentar, Macondo. Te espero más veces.
Un beso.
Oh qué mala persona Chelo, vaya chasco me he llevado con el "mirlo blanco" y es que hay gente que tiene muy buena prensa o que sabe venderse muy bien y resulta que lo que tiene es muy mal fondo como este individuo.
ResponderEliminarA veces siento que me he hecho mayor porque la ética, la honestidad, los valores, la moral, el no hacer a los otros lo que no te gustaría que te hicieran, la educación,la urbanidad... en fin podría seguir que a mi me parecen importantes, me da la impresión que están pasados de moda y se usan cada vez menos.
Un petonàs bonica
Pues ya somos dos (o más) los que estamos desfasados, Conxita, porque todos los valores que citas para mí son fundamentales.
EliminarCada vez abunda más la gente sin escrúpulos y el "todo vale" y a mí esto me indigna. Gente que juega con los sentimientos ajenos y que carece de la suficiente empatía como para reconocer que lo está haciendo mal.
¡Ja queda menys! Un beset molt fort.
Pobre Noor, es increíble como el amor puede ser tan ciego. Lo malo de las personas como David es que cuando descubres cómo son, ya es tarde.
ResponderEliminarUn relato impactante!! Un besito guapísima!!!
Efectivamente, María. Cuando te das cuenta, has hecho tarde, y el dolor no se va de hoy para mañana. Cuesta recuperarse siempre que hay una ruptura, por lo que si encima entran en juego las malas artes...
EliminarGracias por tus palabras, cielo.
Un beso.
Por eso es mejor no hacer promesas a tan largo plazo: porque uno nunca sabe cómo pueden cambiar las circunstancias, especialmente cuando se trata de amar.
ResponderEliminarMuy listo este David, ¿no?
Un beso, Chelo.
Muy listo y muy desalmado, Sofía. Cierto, prometer y no cumplir está mal, pero dañar a conciencia es peor.
EliminarUn beso
Vaya con el híbrido, se volvió un chantajista, o quizás lo fue siempre y no lo supo ver Noor.
ResponderEliminarQué duro convivir con las tradiciones en las familias estrictas.
Historia corta pero contundente.
Un besote muy grande, guapa.
Yo creo que David siempre fue así. Solo tuvo que encontrar la ocasión para llevar a cabo sus planes.
EliminarProbablemente Noor estaba cegada por el amor, además de oprimida por sus convicciones religiosas (un cóctel nada agradable).
Un beso muy fuerte, compi.
Te deseo suerte, Julio D. Las versiones femeninas "de las de poca palabra" también pueden ser temibles del todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Desde luego está el patio como para fiarse. Menudo sinvergüenza el menda ese. Yo lo hubiera lapidado ¿No es eso lo que hacen los extremistas? Pues duro con él, que no vuelva a engañar a nadie.
ResponderEliminarJe,je,je.
Besos.
Juraría que ayer mismo dejé un comentario en esta entrada, debe de ser cosa de Google o de la edad.
ResponderEliminarEl caso es que te puse que este chaval tiene un morro que se lo pisa y que me extrañaba que no lo pillaran los extremistas y lo lapidasen por listo, por abusón y desaprensivo.
Original relato, aunque no creo que los musulmanes den tantas facilidades para una conversión interesada.
Besos.
Por fin puedo responder tus comentarios, Francisco. Hiciste dos correctamente, lo que ocurría es que tenía activada la moderación de comentarios, no se por qué...
EliminarTienes razón, el chico es un jeta y se valió de la bondad de Noor y su familia, a quienes, por cierto, bastante costó acoger.
Un beso muy fuerte.
Hola Chelo ¿No hay continuación de este relato? El chantajista merece un buen escarmiento ¡Por favor no nos dejes con esta incertidumbre!.
ResponderEliminarUn beso de Espíritu sin Nombre.
Pues la historia no tiene continuación, Conchi, pero me alegra muchísimo que te hayas quedado con las ganas de más, ¡mil gracias!
EliminarUn beso, solete.
Hola Chelo, al comienzo el relato iba muy bien, hasta que ese chico tan "educado" muestra la hilacha..Ay sí, suele pasar. Un relato narrado con un lenguaje claro y preciso. Nos lleva hasta el desenlace en el final, donde se percibe la decepción de la chica y su familia. Muy bueno Chelo. Un abrazo.
ResponderEliminarValoro mucho tu apreciación y tu percepción, Miry. Esa es la palabra que define la situación que vivieron: decepcionante, porque independientemente de clases y religiones, la buena fe de las personas hace creer y confiar en ellas.
EliminarUn abrazo y hasta pronto