-"¿Cargadito como siempre?", preguntaba Elena mientras le preparaba un colacao a Adrián antes de coger fuerzas.
Se habían citado a las diez en lo que, en su día, fue su domicilio conyugal. Tocaba ser prácticos y repartirse los enseres ya que, tras dos años de separación y habiendo liquidado sus cuentas, regalado sus miserias y vendido su lástima, no tenía sentido que permanecieran aún allí.
Pero como Elena nunca comprendió la verdadera causa de la ruptura, mientras miraba a Adrián (que yacía inerte sobre el blanco suelo de la cocina), vaciaba el bote en el que había echado arsénico, pensando que, al menos, no tendría que oír nunca más lo de que entre ellos "nunca hubo química".
¿Y que te cuento? la sarten sobre la mesa del reparto tambien podría haberle sido útil, ahora no se de parte de cual de los dos ponerme.
ResponderEliminarEstás igual que yo, Ester, porque no sé qué tres palabras desencadenaron el trágico final, si las de él o las de ella...
EliminarAunque, pensándolo bien, un sartenazo tampoco hubiera estado mal (vaya ideas que me das) ;-)
¡Un beso!
Muy bueno el humor negro del relato. Me ha encantado.
ResponderEliminarMe han alegrado mucho tus palabras, Isabel, ¡gracias! ¿será que se me 'pegó' algo del humor londinense? perhaps...
Eliminar¡Besos!
Hola! Me ha gustado mucho, gracias por compartirlo!
ResponderEliminarUn saludo!
Gracias a ti por tu comentario, Bea, ¡qué bien!
EliminarUn beso
Me sorprendiste con esta entrada. No me esperaba un microrrelato y menos con ese final macabro. Te felicito, Chelo.
ResponderEliminarSaludos.
¡Ay, Raúl O.! Que por aquí se aprende mucho, bien lo sabes,¡hasta siniestros finales para los posts!
EliminarGracias mil por tus palabras y un beso.
Qué bueno Chelo, me has recordado la obra de teatro que tenemos en cartelera ahora "Las mujeres lo prefieren pachuchos" la susodicha lo va envenenando poco a poco, claro al final se le va de las manos (el veneno, claro, y el marido por supuesto detrás) pero creo que Elena entra al trapo sin remilgos. Y tanto que hay "química". Breve pero intenso. Un abrazo
ResponderEliminarJajaja, oye Eme, esa obra de teatro tiene que estar pero que muy requetebién (no porque se cargue al marido, claro, sino por el humor que le presupongo).
EliminarA Elena, mi protagonista, no es que se le vaya la mano, es que lo tenía tan clarito que no le tembló ni el pulso.
¡Muchas gracias por tu comentario, perla! Un abrazo
Muy buen micro Chelo. Un abrazo
ResponderEliminarMe halaga que así lo veas, Mamen, tú que escribes tantos.
Eliminar¡Un beso!
La vengativa Elena, como no hubo química, le dio a beber.
ResponderEliminarRelato de muerte súbita.
Un beso.
Elena le sirvió la venganza en vaso. Con un no, gracias el pobre Adrián se hubiera salvado de esa súbita muerte ;-)
EliminarUn beso, Sara, ¡gracias por tu comentario!
Supongo que el arsénico en el cuerpo de Adrián provocó algún tipo de química, je, je, je.
ResponderEliminarByen relato de humor negro, Chelo. Suerte en el concurso.
Hola Bruno, bienvenido a mi blog.
EliminarAsí es, Elena le hizo beber tanta química como cantidad de veces escuchó que no la había entre ellos.
Me viene a la mente, a propósito de esto, la frase "Procura que tus palabras sean dulces y suaves por si algun día tienes que tragártelas" ;-)
Gracias por tus palabras y por tu deseo, te visito en breve.
¡Un saludo!
Jajaja. Muy bueno! Y me ha encantado especialmente lo de regalar sus miseria y vender su lástima. Un buen recurso poético dentro de la tragedia.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me ha encantado tu apreciación, Josep Mª.
EliminarDesafortunadamente, es lo que veo que hacen muchas parejas llegado el momento de tirarse los trastos a la cabeza.
¡Muchas gracias, y otro abrazo para ti!
Está claro, Josep Mª, me refería a lo de regalar miserias y vender lástima, noooo a lo de envenenarse. Esto no lo ví jamás.
Eliminarjaja CHELO, sin duda una manera muy contundente de asegurarse que por una vez la química no le iba a fallar y les iba a unir para siempre... eso sí, en realidades diferentes ...
ResponderEliminarFantástico este microrelato, lo has hilado perfecto y además despista de principio fin. ¡¡Enhorabuena artiZta!
Muchos besos y que el otoño nos siga sirviendo Cola Caos calentitos ...
...Sin arsénico ;)
Y tanto que se aseguró Elena de que iba a funcionar 'esta' química.
EliminarAhora tengamos cuidadín con los colacaos, con lo ricos que son ;-)
¡Mil gracias por tu comentario, María! eres un primor
Chelo,
ResponderEliminarSi que es peligroso eso de la química.
Felicidades por este micro "cargadito" de humor negro.
Consigues transmitir en pocas líneas toda una historia y algunas de la frases son muy acertadas aunque, para mi, tristes como ese regalar su miseria y vender su lástima que también destaca Josep Ma.
Bien contado.
Un beso guapa
Me halaga mucho que alguien que escribe tan bien como tú, diga eso, ¡mil gracias!
EliminarY es cierto que lo que subyace en la historia es una buena dosis acumulada de rencor por parte de ella.
¡Otro beso para ti, Conxita!
Jajajaja qué gracioso!!
ResponderEliminar¡Gracias, Anabel, por tus risas!
EliminarBesos
Me has sorprendido gratamente con este pequeño relato cuajadito de ironía y morbo por parte de la protagonista.
ResponderEliminar¡Que bueno que te hayas lanzado a escribir para el concurso!
Te quedó estupendo.
Suerte Chelo.
¡Qué bueno, sorprenderte a ti, amigo! Me dio la idea del concurso una querida amiga común y ahí me tienes, sin ninguna pretensión pero sí con ganas de participar.
EliminarY no sabes bien cómo valoro tus palabras, ¡muchísimas gracias y un beso muy fuerte, Francisco!
Un final sorpresivo.
ResponderEliminarClaro, lo normal (¿o no?) era esperar que hicieran las 'paces', no que uno liquidara al otro por la vía rápida ;-)
Eliminar¡Gracias, Tracy! un beso
Hola Chelo,regreso al blog tras 4 meses de ausencia por mi delicada salud y como me ha dado un cierto respiro me he animado en visitaros.
ResponderEliminarMe ha gustado ese final insospechado, pensé que al final se arreglaría su situación.
Te dejo un beso de ternura.
Ay Sor Cecilia, es que Ud. es muy buena y pensó en un final feliz. Siento haberla decepcionado ;-)
EliminarMe alegra mucho que me visite pero más aún que se encuentre mejor, ¡ojalá consiga remontar definitivamente!
Le mando un beso muy fuerte y mis mejores deseos.
¡¡Chelo, no conocía tu faceta de relato negro!!. Me encanta. Cultívalo y danos más por favor...
ResponderEliminarUn beso.
Haberte sorprendido a ti es una de las cosas que más ilusión me ha hecho, amiga.
EliminarMuchas gracias por tus ánimos y entusiasmo, ¡un beso muy fuerte!
Muy bueno, querida amiga Chelo, economizando palabras y con el mensaje muy claro. La fina ironía de este humor negro queda bien narrada y por supuesto el arsénico como el mejor verdugo para "liquidar" cuentas basándose precisamente en "la química de los sentimientos".
ResponderEliminarLo disfruté mucho. Espero que tengas mucha suerte en el concurso.
Abrazos y un montón de besos.
Muy buena esa asociación tuya de "liquidar cuentas (y no precisamente "corrientes") a base de veneno y aplicar la química a los sentimientos.
EliminarSi bien es un placer leer tu blog, también lo es siempre leer tus comentarios, querida Estrella. Te agradezco infinitamente la suerte que me deseas y te mando un fuerte abrazo.
Un ColaCao con arsénico es lo mejor para reponer fuerzas, para quién lo prepara, para el que se lo toma es pura química mortal.
ResponderEliminarUn micro de humor negro macabramente divertido.
Saludos, Chelo. Suerte en el cocurso.
A ella, desde luego, le iba a venir bien reponer fuerzas si luego tenía que "cargar con el muerto" (y nunca mejor dicho).
EliminarAgradezco mucho tu comentario, Edgar; eres muy bienvenido a mi blog.
¡Un beso!
Pesadito el colacao, ja,ja. Muy ingenioso, Chelo: me has sorprendido con tus dotes narrativas, y me he divertido al llegar al desenlace. Enhorabuena por ese micro!!!
ResponderEliminarUn beso grande!
Fer
Pesadito (y pasadito) el colacao, Fer ;-)
EliminarEres muy generosa, no sabría yo si llamarlo "dotes narrativas", pero te agradezco muchísimo tu comentario que me deja la mar de ancha.
¡Un besazo!
jeje muy bueno Chelo, para que más si con tres palabras queda todo 'liquidado', ;)
ResponderEliminarMucha suerte!
Un abrazo.
Eso eso, ¿para qué más rodeos? no hay nada como ir al grano...o al Colacao ;-)
Eliminar¡Bienvenida, Irene! Te mando un beso y te doy las gracias por tu deseo.
Buen final. Enhora buena.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que así lo veas, Caty, ¡muchas gracias!
EliminarUn beso para ti.
Hola!!
ResponderEliminarjajaja muy bueno!
La verdad que me gustó mucho, no me lo esperaba :)
Saludos!!
¡Cuánto tiempo, Gaby! Qué alegría que vuelvas con esas risas, mil gracias y un beso.
EliminarUn ruptura dulce y radical. Un micro lleno de 'química'. Está bien probar todos los frentes que la literatura nos ofrece. Un beso, Chelo.
ResponderEliminarMejor no lo podías haber dicho, por un lado lo de ruptura dulce y radical, y por otro lo de "probar" otros frentes, ¡genial, Ángeles!
EliminarLa verdad es que, siendo dueñ@s y señor@s de estos espacios nuestros, solo hacen falta ganas y atrevimiento.
¡Un abrazo, tinerfeña!
Chica, qué capacidad de síntesis. Muy pocas palabras pero llenas del mensaje que quieres transmitir.
ResponderEliminarEstás que te sales, compañera.
Ánimo y sigue así.
Felicidades.
Un besote.
Con ánimos como el tuyo me tiro hasta desde un puente, jajaja.
EliminarHe usado tan pocas palabras porque no había mucho más que transmitir con las letras. El énfasis hay que ponerlo en la intención (y, sobre todo, premeditación) de la chica.
Por otra parte, ya sabes que precisamente "síntesis" no es lo que uso/usamos de viva voz (aquí un guiño cómplice).
Un besazo, compi mía, y muchas gracias por todo, ¡hasta por darme la idea del concurso!
Un relato bien expresado y cargado.
ResponderEliminarBesos
Sí, sí, cargado de Colacao pero también de venganza y alevosía por parte de la protagonista.
Eliminar¡Gracias por tus palabras, Ilesin! Un abrazo
Ay amiga, es que el amor es cosa de ciencia. Química, física, mates y si te sobra hueco en la mollera un poco de filosofía. Y entonces, si además has invertido en un buen colchón, solo entonces igual la cosa fluye para siempre, en dirección al banquete con perdices. Perdices que, por otra parte, a mí siempre me supieron a truenos. ¿No podían ser felices y comer cordero asado? ¿Tenían que ser perdices?
ResponderEliminarY también es cosa de la Ciencias Naturales y de las Sociales, y de la Religión si nos ponemos...
EliminarTú te has ido al fondo de la cuestión y percibo que con un velado escepticismo respecto al amor.
¿Y por qué lo de ser felices y comer perdices y no otra cosa? He indagado por ser tú, Holden, ;-) y te diré que la la expresión no es así solo porque rime, sino también porque hubo una época en la que la perdiz era un manjar caro que solamente podían permitirse las gentes de más alta cuna.
¡Gracias por tu comentario!
Un beso y feliz domingo
Que buen micro relato, felicidades y te ánimo a que escribas más. Ese final es fantástico. un beso. TERESA.
ResponderEliminarQué requeteamable eres siempre, Tere, ¡muchas gracias por tus palabras y por tus ánimos!
EliminarUn besazo y feliz tarde
Me ha encantado el relato. Es lo primero que leo de tu autoría y me parece excelente.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
¡Hola Mirna! Bienvenida a mi blog.
EliminarNo suelo escribir ficción, así que me saben a gloria tus palabras, muchas gracias por ellas y por tu deseo.
Un beso
Y ..es que ... Somos química , incluso cuando las letras nos amarran al día a día
ResponderEliminarMi abrazo de luz
Muy bien empleado ese "incluso", AtHeNeA, ¡gracias por tu comentario!
EliminarUn beso
Gran relato Chelo! Me ha encantado y se me ha escapado alguna risita. Es conciso y repleto de cierto regusto a humor ácido, pero del bueno. Un abrazo y mucha suerte en el concurso! ; )
ResponderEliminar¡Bienvenido a mi blog, Ramón! Tus palabras y esa risita de la que hablas, hacen que me sienta muy pero que muy halagada.
EliminarGracias por ello y por la suerte que me deseas, ¡otro abrazo para ti!
Buen microrrelato con final sorpresa, como mandan los cánones. Se pasó con la química, jaja.
ResponderEliminarSaludos.
Hubiera sido muy obvio que se "arreglaran" entre ellos las cosas, ¿no crees, Gerardo?
EliminarAhora bien, tampoco hacía falta meterle la química en vena ;-)
Gracias por venir y por lo dicho, ¡un beso!
¡Menudo micro, Chelo! Pocas palabras y un argumento que remueve muchos sentimientos por dentro. Parece que él no fue el compañero ideal, pero no sé si merecía la muerte. En cualquier caso lo bueno es que se trata de literatura y en nuestros escritos podemos hacer lo que queramos sin riesgo de cometer ningún delito :))
ResponderEliminarMe has impresionado, nunca te había leído nada de este estilo, un texto lleno de fuerza. Me ha gustado mucho, por lo bien escrito y porque me encantan las sorpresas.
¡Muchos besitos de finde, guapa!
¡Hola Julia! Me alegra mucho verte ;-)
EliminarCiertamente no eran la pareja ideal por la falta de esa química que para él era importante y cuya omisión se encargó ella de subsanar por la vía rápida.
Yo estoy contigo en que no merecía morir pero, como dices, en la ficción podemos hacer impunemente lo que queramos con los personajes salidos de nuestra pluma, y tú que eres una gran escritora, bien sabes lo divertido que resulta ;-)
Me ha encantado sorprenderte, pero más que te haya gustado el micro ya que no es el campo en el que mejor me desenvuelvo.
¡Un abrazo gigante y feliz tarde de domingo!
Noooo, te equivocas Julio D., la perversa es Elena y la "literal" (-la que escribe lo que ella pensaba-) soy yo ;-)
ResponderEliminarGracias por comentar, ¡un beso!
hola, con las palabras adecuadas se puede avanzar y alcanzar muchas cosas.
ResponderEliminarfELIZ DIA!
UN ABRAZO
¡Hola Poseidón! hay palabras con las que sí se puede avanzar y hay otras que, como a la protagonista del relato, hieren más que un puñal.
EliminarGracias por tu visita, ¡un beso!
Bueno, aquí estoy. De repente me he acordado de tu blog y aprovechando que tengo wifi me he puesto a la tarea de escribirte desde unas tierras maravillosas.
ResponderEliminarTe cuento, estoy leyendo un libro que me ha prestado otro viajero . Se trata de: Un monstruo viene a verme de Patrick Ness. A la vuelta solo quedará ver la peli. Besos mil
¡Hola! Muchas gracias por acordarte y escribir desde tierras argentinas. Sabía de la existencia del libro por mi compi "alalimonera", y la peli, pues sí, habrá que verla.
EliminarDiviértete mucho.
Besos
Pd:¿Cómo puedes leer en los viajes? ;-)
Hola Chelo! Me quedé gratamente sorprendida de leer tu estilo narrativo, contar la historia de una ruptura en tan pocas líneas, y además con gracia y humor.
ResponderEliminarBuena química jaja. Me alegro de haber entrado a leerte, me hiciste sonreír.
Te deseo un estupendo fin de semana.
¡Besos!
Me alegra haberte sorprendido. No suelo inventar historias, tan solo alguna de vez en cuando.
EliminarLa protagonista pensó que, si no era por las buenas, sería por las malas, como si lo que llamamos "química" fuese algo fácil de tener o adquirir.
Yo también te deseo muy buen domingo, Mila, y te mando un beso enorme.
Corto, pero intenso. Muy bueno
ResponderEliminarAbrazo!!!
Muchas gracias por tus amables palabras, MªJesús, ¡me encanta verte por aquí!
EliminarBesos