Suena el despertador. Lo apago a la vez que ya pongo un pie en el suelo. Mientras me preparo el desayuno veo de refilón mi reflejo en los cristales de la cocina e inmediatamente me pongo a pensar qué atuendo voy a llevar hoy, haciendo de ese reflejo poco menos que mi fiel asesor de imagen. La verdad es que no lo hace del todo mal, pues a veces me indica si voy a necesitar o no ayuda (con el pelo, básicamente).
A la vez que bebo casi de un sorbo el vaso de leche, enciendo la tostadora para así poderme preparar el bocadillo para el almuerzo que, a algunos, provoca una risita inversamente proporcional a su tamaño.
Cuando ya estoy lista, corro de puntillas por el pasillo (es un vicio, como si fuera a despertar a todos los vecinos con los zapatos), cogiendo finalmente casi al vuelo el bolso y el abrigo.
Esta cadena se repite todos los días, está perfectamente engrasada y perder un minuto más en cualquier 'eslabón' de la misma puede tener consecuencias fatales (llegar tarde a mi trabajo, por ejemplo. Casi nada...).
Bajo al garaje, me subo al coche y me pongo en carretera.
Es entonces cuando hace acto de presencia ese señor tan grande y con nombre tan rimbombante que veis en la imagen de arriba: Don Pensamiento Recurrente, de ahora en adelante, P.R.
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
-"Perdona, bonita, ¿desenchufaste la plancha del pelo?" (P.R).
-"Uy, pues no me acuerdo, pero no puedo volver a casa para comprobarlo, voy pillada de tiempo. Espero que no pase nada" (Chelo).
A la vez que bebo casi de un sorbo el vaso de leche, enciendo la tostadora para así poderme preparar el bocadillo para el almuerzo que, a algunos, provoca una risita inversamente proporcional a su tamaño.
Cuando ya estoy lista, corro de puntillas por el pasillo (es un vicio, como si fuera a despertar a todos los vecinos con los zapatos), cogiendo finalmente casi al vuelo el bolso y el abrigo.
Esta cadena se repite todos los días, está perfectamente engrasada y perder un minuto más en cualquier 'eslabón' de la misma puede tener consecuencias fatales (llegar tarde a mi trabajo, por ejemplo. Casi nada...).
Bajo al garaje, me subo al coche y me pongo en carretera.
Es entonces cuando hace acto de presencia ese señor tan grande y con nombre tan rimbombante que veis en la imagen de arriba: Don Pensamiento Recurrente, de ahora en adelante, P.R.
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-"Perdona, bonita, ¿desenchufaste la plancha del pelo?" (P.R).
-"Uy, pues no me acuerdo, pero no puedo volver a casa para comprobarlo, voy pillada de tiempo. Espero que no pase nada" (Chelo).
-"Ah, ya... que esperas que no pase nada..." (P.R).
(Noto cierta ironía...).
No sé, tú verás...Bueno, siempre puedes llamar a tu madre para que vaya a comprobarlo. Pero recuerda que la ha de llevar tu padre, que tú vives lejos, en la playa.
Está bien, no te preocupes, quizás te llame algún vecino si ven salir humo por las ventanas de tu casa. Por cierto, tienes la casa asegurada, ¿no? Si ocurriera alguna catástrofe supongo que el seguro se haría cargo. ¿Esto lo tienes claro o tampoco?
Un momento, el vecino del tercero vive ahí todo el año y te puede avisar, pero... ¿ese tiene tu teléfono? Creo que sí porque una vez te llamó cuando eras la Administradora de la finca para contarte no se qué desaguisado ocurrido en su piso. Anda, que menudo peso te quitaste de encima cuando dejaste el cargo.
Bueno, pues ya has llegado al trabajo, ¿ves tú qué bien? Sin enterarte de las noticias, que total para lo que hay que oír...
Yo seguiré aquí por si me necesitas, aunque intuyo que ahora con la faena que tienes te olvidas de mí. Pero tú a lo tuyo sin preocuparte, que al fin y al cabo igual queda todo en un ligero (esperemos) cortocircuito y la cosa no pasa a mayores". (P.R.)
Bueno, pues ya has llegado al trabajo, ¿ves tú qué bien? Sin enterarte de las noticias, que total para lo que hay que oír...
Yo seguiré aquí por si me necesitas, aunque intuyo que ahora con la faena que tienes te olvidas de mí. Pero tú a lo tuyo sin preocuparte, que al fin y al cabo igual queda todo en un ligero (esperemos) cortocircuito y la cosa no pasa a mayores". (P.R.)
-"¡Buenos días, Elo!, qué mona estás, ¿has ido a la pelu?" (Chelo).
-"Qué va mi 'arma', me alisé yo misma el pelo en casa" (Elo).
-"¿Me llamabas? Si ya lo suponía. A ver... siendo la hora que es igual los bomberos y la policía ya están avisados y te intentan localizar, que para eso tienen todos los datos en sus ordenadores. Mira el teléfono a ver si tienes alguna llamada" (P.R.).
Ups, llamada no, pero tengo un whatsapp:
-"Chelo, hoy nos quedamos a comer, ¿y tú?" (Grupo "El Corralito").
-"¡Vale! Me apunto" (Chelo).
-"Oye, oye, bo-ni-ta (-esta vez noto cierto retintín-), no pensarás quedarte así como si tal cosa, que te recuerdo que puede que tengas una plancha encendida desde las 7.30 de la mañana en casa. ¡Qué digo! ¿Casa? A lo peor ni la tienes..." (P.R.).
Ese tipo, PR, es un 'pesao' y tiene muy mala leche, pero hay que reconocer que cuando se pone insistente es capaz de amargar el día al más pintado.
ResponderEliminarGenial relato, Chelo, de lo que nos pasa a más de uno. Mi particular PR me suele hablar de si he cerrado la puerta de la calle y me entretiene con bonitas imágenes de mi casa devastada por una banda de ladrones que se han llevado hasta los azulejos de la cocina.
Me ha encantado leerte, me has hecho reír.
Un besote, guapa.
Jajaja, si es que no piensa cosa buena. A mi me viene con un posible incendio, a ti con un robo, ¡es un plasta!
EliminarY tienes razón en que consigue su propósito, amargarte el día. Así que procura esconderte de él, compi ;-)
Gracias por tus bonitas palabras.
Un beso gigante
Jajajajaja ayyy cómo me suena la cadena de eslabones perfectamente milimetrada... Lo de P.R. Y la plancha aún no porque básicamente no vivo sola.
ResponderEliminarUn besito
Qué bien que sepas de qué hablo, Clara. Lo de la plancha (u otra cosa) ya te llegará, bonita (dicho con cariño) ;-)
EliminarBesos
🤣😂😅Buenísimo, Chelo. Es que es así talmente. Bueno con otras cosas porque yo el pelo no me lo plancho. Con lo orgullosa que estoy con estos rizos que siempre envidié y que me salieron a los cuarenta y cinco.
ResponderEliminarLo mío es: ¿has cerrado el coche? (vuelta al aparcamiento a darle a la llave) ¿le dejaste al gato la puerta del ase abierta para que haga sus necesidades? (vuelta a casa si estoy cerca o a rezar para que no las haga sobre la cama o sobre la alfombra si estoy lejos)
Y lo malo es que casi siempre son temores infundados.
Por cierto, ¿qué pasó con tu plancha de pelo? ¿sigues teniendo casa?
Me ha encantado tu entrada.
Un beso.
Ah pues lo tuyo debe tener muy contento a P.R., que él se preocupa mucho por los coches y los animalitos.
EliminarTú, por suerte, no necesitas plancha para el pelo porque si te cuento la de cosas que me han pasado...
Si he usado el tema de la plancha de pelo es porque es, precisamente, RECURRENTE:
-un día llamé a mi madre pero no tenía llaves de mi casa y cuando volví a casa a mediodía estaba apagada.
-otro día que iba bien de tiempo giré en la primera rotonda y comprobé que estaba apagada.
-y otro día en que P.R. no tuvo a bien avisarme, cuando llegué por la tarde estaba encendida.
Esta vez al menos pude comprobar que seguía teniendo casa ;-)
Muchas gracias, Rosa. Me alegra que te gustara el post.
¡Un beso!
Jajaja, lo mío es; ¿he apagado la cocina? ¿He dejado agua y comida a los gatos? ¿Están fuera de las habitaciones que allí no tienen comida ni baño y no saben salir? ¿He cogido las llaves?
ResponderEliminarLo de las llaves por desgracia no es muy infundado y me da una rabia tener que llamar a mi madre/marido/hermana o esperar hasta que vuelvan mi marido o hijos a casa...
Besos.
A ti te pasa como a Rosa con su gato, y respecto a las llaves, es que parecen tener vida propia. A mí, por suerte, lo de las llaves no me pasa porque sería un tremendo lío.
EliminarComo dicen, quien no tiene cabeza tiene piernas ;-)
Un beso, Gema, y gracias por tu comentario personal.
Uy, paranoias de esas tengo yo para poner un puesto. dudas de si he cerrado la puerta del coche, o he apagado el brasero antes de acostarme, o el termo, etc... Es real como la vida misma. Besos
ResponderEliminarSon cosas importantes las que citas, Marina. No, si aún le tendremos que dar las gracias a P.R.
EliminarPor lo que veo somos muchas (de momento mujeres) a las que nos visita.
Besos, pretty
A mí también me persigue pero pero no le hago caso. Un beso.
ResponderEliminar¡Ah! qué lista eres, Susana. Si no le haces caso seguró que te acaba dejando y no lamentas en absoluto el abandono.
EliminarUn beso
Lo conozco, es un viejo amigo, que a veces es tan pesado que me hace volver a casa, pero nunca le había puesto nombre y ni habría sabido contarlo con el salero que lo has hecho tu, si casi esperaba la sirena de los bomberos. eres única, especial y divertida. Abrazucos
ResponderEliminarJajaja, tú sí que eres graciosa, Ester. Mil gracias por tus palabras.
EliminarSabes que por un viejo amigo como él se hace lo que haga falta (volver a casa, dejarte una peli a medias o no dormir).
Un fuerte abrazo
Muy bueno, Chelo, me sentí identificada. Ese señor, tan majadero, te pone los cuernos conmigo, pero yo, que he de ser más débil y sin personalidad ninguna le hago caso, y así, cuando he recorrido una manzana (después de salir con retraso) regreso a casa para ver si cerré la puerta del garaje. Es con ella con la que me presiona y no me deja en paz. Casi todos los días lo mismo ( sobre todo si voy con retraso) desde hace unos meses: salgo del garaje, vuelta a la manzana y regreso.
ResponderEliminarBueno, me has hecho sonreír y pasar un rato agradable.
También es verdad que es porque me la he dejado abierta en un par de ocasiones. Un beso, Chelo.
EliminarAhhh, es que te tiene tomada la medida, Ángeles. Sabe que tu 'punto débil' es la puerta del garaje y por eso no te deja tranquila.
EliminarMe has hecho sonreir con lo de que me pone los cuernos contigo, ¡y con cuarenta mil más! es infiel por naturaleza y nos quiere contentar a todas ;-)
Un besazo
Qué pesadito es P.R. y qué variedad de temas de conversación tiene según el día, puedo dar fe de ello, je, je.
ResponderEliminarUn relato genial, Chelo, aún sin usar plancha del pelo he podido reconocerme en ese diálogo interno que tantas veces me asalta. Pufff como se me meta la duda en el cabeza, el tipo éste no deja de hablarme en todo el día jajajaa.
Muy original tu forma de reflejar la anécdota. Yo solo espero que P.R. no te visite con demasiada frecuencia. ¡Puede llegar a ser agotador! :(
Un besito grande y gracias por las risas.
Tú lo has dicho, ¡qué conversaciones tan variadas tiene! aunque siempre se pone en lo peor ¿verdad? y como le des cancha no te deja ni a sol ni a sombra.
EliminarA mí no es que me visite con mucha frecuencia, pero la tiene tomada con la plancha de pelo, de ahí que me decidiera a contar mi "experiencia" a modo de terapia y veo que somos muchas las 'afectadas' por este tipo ;-)
Muchas gracias a ti por tus palabras. Si te he hecho sonreir como mínimo, me doy por satisfecha, Julita.
Un beso muuuy fuerte.
Qué bueno, jajaja, como me he reído, con esa nota burlona ¿Has podido ignorar a P.R. qué digo, le has dado un esquinazo y has pasado de él, genial, ya me dirás como lo has conseguido. Cuando hacemos las cosas sin reparar en ellas nos invade la duda o te vuelves o sencillamente que arda, o te roben, o vuele, o.... me he divertido un montón. Un abrazo
ResponderEliminarExacto, das en el clavo, Eme. Las cosas que solemos repetir, las hacemos ya por inercia y sin prestar atención, y de eso se aprovecha P.R., que está 'al quite'.
EliminarLa única forma de darle 'esquinazo' es ignorándole y pensar que hicimos bien lo que fuera.
Gracias, linda. Me alegra que te divirtieras.
¡Un besazo!
Jajaja, dale vacaciones al P.R.
ResponderEliminarPara que en los trayectos puedas disfrutar de las vistas que el día te ofrezca.
Muy divertida entrada.
Un abrazo.
La verdad es que sí distrae y bastante. Cuando ÉL aparece ves sin mirar y oyes en lugar de escuchar.
EliminarGracias por tu elogio, Sara.
Un beso.
Jajaja. Buenísimo. A mi también me visita de vez en cuando ese P.R. En una ocasión me obligó a salir de la sala de cine para ir hasta el parking del centro comercial donde estaba para comprobar si había cerrado el coche pues no recordaba haberle dado al mando a distancia. Y hace tan solo dos semanas volvió a visitarme, también en el cine (en otro) porque el protagonista de la película recuerda cómo, por una negligencia suya (no volver a casa para comprobar si había apagado el fuego de la chimenea) la casa acaba en llamas muriendo sus hijos. Pues bien, estuve deseando volver cuanto antes al apartamento porque se me ocurrió que había dejado las placas eléctricas encendidas (para caldear el ambiente) y que un cortocircuito podría provocar un incendio o humo y acabar con la vida de nuestro perro que había quedado, en su camita, esperando nuestra vuelta.
ResponderEliminarQué paranoias, ¿verdad? Yo es que a veces soy un poco obsesivo-compulsivo, jeje
Me lo he pasado en grande visualizando tu historia.
Un abrazo, y te dejo que me parece oler a quemado, :)
Caramba, Josep Mª, parece que le gusta acompañarte al cine. Si es que con lo del mando a distancia del coche se pone imposible de pesado, y con las cosas que se encienden ni te cuento, que ya lo sabes por propia experiencia.
EliminarMuchas gracias por contarnos tus 'experiencias'. A mí lo del mando del coche también me ha pasado y no una ni dos veces, y es porque ya llega a ser un acto reflejo.
Me alegra que lo pasaras bien y, por lo que dices al despedirte, parece que tenías merodeando por ahí P.R. ;-)
¡Un abrazo!
P.R. Es amigo hace tiempo, gracias a él he evitado un par de catástrofes caseras como........irme a trabajar y dejar el fuego encendido con la leche puesta ¡resultado! volver a casa en más de dos horas cuando me avisó P.R y encontrarme que la leche al hervir había apagado el fuego y el gas continuaba saliendo, al menos tuve la precaución de no encender luces si no ¡Adiós piso y Conchi, ¿y los pobres vecinos Que? mejor no pensarlo.
ResponderEliminarBesos.
Uy Conchi,ya le puedes dar las gracias, ya. Tienes razón, mejor no pensar qué hubiera podido pasar. El gas es de lo más peligroso y hay que tener mucha precaución con él.
EliminarMe alegro de que no pasara nada ya que fuiste muy precavida, de verdad que sí.
Un beso.
No te quiero ni contar lo que es el Sr. PR cuando se hacen guardias de alerta, te llaman para consultarte algo y luego piensas en todas las complicaciones habidas y por haber que pueden surgir, y si la consulta es de noche, olvídate de pegar ojo tranquila.
ResponderEliminarBesos
Si es que, como dice mi amiga Maribel, de noche se ve todo muy negro ;-)
EliminarQué fastidio, veo que también le gusta acompañarte en esas guardias de alerta, ¡si es que no quiere perderse nada! ;-)
Un besazo, solete
Todos tenemos de tanto en tanto visitas del plomizo del PR y mira qué es pesado aunque a veces va bien para recordarnos cosillas, otra es mejor ignorarlo. Estos pensamientos recurrentes están, lo importante es que no te amarguen el día y por tanto mantenerlos a rajatabla y distraerse cuanto antes.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Un besazo
Ahí está el quid, amiga. En mantenerlo 'a raya', que no se pase dándonos la paliza pero que tampoco se quede corto y nos encontremos con un percance.
EliminarMuchas gracias por tu opinión respecto a la forma, Conxita.
¡Un beset enorme!
Te leí ayer y mi pensamiento recurrente se me ha aparecido para decirme: ¿Has dejado el comentario merecido en el blog de Chelo? Es un pelma, pero gracias a él puedo mantenerme al día con mis cometidos.
ResponderEliminarTe salió un relato la mar de divertido. Nena las musas y los musos están de tu lado cuando los llamas.
Beeeesos.
Pues esta vez hizo muy requetebién, avisándote de comentar. Si es que en el fondo nos echa un cable a todos, aunque lo tachemos de pelma, plomizo o plasta.
EliminarGracias por tus palabras, y más quisiera yo que no se marcharan esas musas y musos, pero visitan casi a tanta gente como el mismo P.R. ;-)
Un beso muy fuerte, Francisco.
Jajajaaaa me encanta tu relato...
ResponderEliminarUna cosa te lleva otra, la cabeza no para y eso ya es un incordio... pero estos recurrentes odiosos y plastas, nooooooo, fueraaaaa ;D
Aunque todo hay que decirlo, el pensamiento prudente y avisador en el momento oportuno (es decir cuando has terminado de plancharte el pelo), bienvenido sea...
Besos
Eso es lo ideal, ahuyentar a los pensamientos que incordian porque llevan de una cosa a otra sin dar tregua, y casi siempre en plan negativo, y hacer el justo caso a los que avisan.
EliminarGracias por tu comentario y por tus palabras, Milena.
¡Besos, pretty!
Chelo, que bueno el P.R. jajajaja. Es molesto el "hombre" a ver si te deja tranquila de una vez y marcha a por otra presa.
ResponderEliminarHas elaborado un relato en el que al menos yo, sentí cercanía. Esos pensamientos que dan vueltas a esas cosas que sabes, o intuyes que no hiciste correctamente, supongo que es la voz de alarma que nos recuerda, VIVE EL PRESENTE.
Me ha gustado mucho querida Chelo. Un tema que toca a mucho/as y nos sirve para reflexionar.
Besos, y feliz día guapa.
Ese hombre me da respiro muchas veces, más de lo que en el post puediera parecer, pero como había sido algo repetitivo últimamente, pues de ahí el relato.
EliminarHe podido comprobar que a casi todos, por no decir a todos, nos visita de vez en cuando, si bien, como dices, hace las veces de "alarma" pus con las prisas del día a día no reparamos en las cosas que hacemos por simple inercia.
Muchas gracias a ti por tu reflexión, querida Mila. Que pases un feliz domingo, ¡un beso enorme!
jajaja Chelo, buenísimo y totalmente identificada. Eso me pasaba mucho con la plancha del pelo y también con la plancha de la ropa. Hasta que un Black Firday me compré ambas planchas con apagado automático, si en 5 minutos no son utilizadas. Ahora me pasa como a Marigem, salgo de casa y PR me pregunta si he apagado la vitrocerámica 😫
ResponderEliminarBesos
¡Tú tenías que ser, Erika, a la que diera la lata también con la plancha de pelo! Pero, por lo que cuentas, P.R. cambia de objetivo en un santiamén, cumple muy bien su cometido para que todo esté bajo orden.
EliminarComo comenté antes a Rosa, el día que dejé mi plancha encendida hasta que regresé por la tarde a casa, no pasó nada, pero no hay que confiarse por eso.
Un besito, y gracias por contarnos tu 'experiencia'.
Me encanta tu blogg ♡ te siigo,espero lo mismo ! Besos guapa
ResponderEliminarMuchas gracias, Sonia; también yo visitaré el tuyo.
EliminarBesos
Hay ese hombrecillo, a veces nos avisa de catástrofes. Pero es más la duda que si lo hemos olvidado. Mejor es volver siempre si hay riesgo de un incendio, una inundación o que te hayas dejado la puerta abierta. Yo la última de hoy ha sido, le he quitado la dentadura a fulanito? pues, no lo sé, mejor es llamar a las del turno de noche y que lo comprueben. Pero vamos que tú contando estas anécdotas lo has bordado, me he reído muchísimo. Un abrazo
ResponderEliminarPerdona que me ría, Mamen, con los avisos tan peculiares que te manda a ti P.R.
EliminarMenos mal que el teléfono nos saca de dudas y nos permite realizar algunas comprobaciones 'a distanccia'.
Gracias a ti por tus palabras, un abrazo
Lo que me he podido reír Chelo. Ese que te visita a ti también lo hace conmigo, porque soy un despiste, y mi pareja ni te cuento, y siempre ando, he apagado la estufa? y vuelvo a levantarme de la cama para comprobarlo, porque esta en el despacho y no es cuestión de que pase algo. o he cogido esto o lo otro. El otro día me fui a la calle convencida de que había apagado el calefactor del cuarto de baño y resulto que no, y el caso es que dude, pero estaba lejos ya de casa y no llegaba a donde tenía que ir, en fin de esas unas cuantas. Y lo malo es que hoy me voy de viaje y verás jeje, aparece PR a mitad del viaje y la liamos. un beso y me ha encantado, y me he reído muchísimo. TERE.
ResponderEliminarCuando te vas de viaje lo de P.R no tiene nombre. Yo alguna vez he dudado hasta de si había cerrado la puerta de casa (jamás me olvido de ello), pero es como que la cabeza empieza a repasar mentalmente todos los 'puntos calientes' de la vivienda y las dudas empiezan a martirizarnos.
EliminarEspero que no te hayas acordado de nada malo a mitad viaje y que lo hayas pasado bien.
Gracias, Tere, ¡un abrazo!
¡Jajaja, qué grande (tanto esta entrada como la magnitud de PR)! Para una persona obsesiva compulsiva como yo, leer tu entrada ha sido como mirarse en un espejo, jajaja. Confieso que estos últimos años de mi existencia me he moderado un poco y el señor PR tiende a rondarme menos, pero a veces el tío está ahí erre que erre, exactamente tal y como lo describes. ¡Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarPues tienes suerte, D.P. (perdona que te abrevie como a ese señor ;-), y lo digo porque a medida que pasa el tiempo creo que se vuelve más insoportable, o esto al menos es lo que se dice, que la inseguridad y desconfianza aumentan con los años.
EliminarMuchas gracias por tu comentario y por tu calificativo, hasta pronto, ¡un abrazo!
Todo en su justa medida es lo deseable. Está bien preocuparse pero no obsesionarse, pero también a veces despreocuparse sin llegar a la dejadez.
ResponderEliminar¡Qué buena la observación que me haces, Julio D. (respecto a la ilustración)! ya he visitado su página y realmente es muy ocurrente tu compatriota.
Mil gracias y un beso.
Es un pesado de cohones, te lo digo yo que lo conozco muy bien.
ResponderEliminarVete a comer tranquila.
Jajaja, me gusta lo clarita que eres Tracy.
EliminarSí me fuí a comer, sí, y lo bueno es que ni me acordé de él.
Muchos besos
¡jajajajajajaja a mi me pasa (o me pasaba) cuando me voy de viaje con el ordenador que es lo último que apago!.
ResponderEliminarLo superé con ejercicios de atención consciente, la
misma atención que aplico a este rubro: llaves, pasaportes, tarjetas de crédito y registro de conducir.
Un abrazo, Chelo
Es verdad, con el ordenador también tiene sus más y sus menos Don P.R.
EliminarIntentaré seguir lo que dices de "atención consciente", sobre todo a la hora de viajar, que ahí las consecuencias son fatales. Recuerdo que en mi viaje a Cork, una chica que (en principio) viajaba con su madre tuvo que hacer el viaje sola porque a ésta se le olvidó el DNI por cambiar de bolso a última hora.
Gracias por tu comentario, Myriam. Siempre es un placer leerte.
Un beso
Chelo, todavía estoy sonriendo, me has alegrado el fin de semana con este relato magnífico. Eres un encanto escribiendo estas historias en la que colocas tu admirable imaginación para hacernos pasar un buen rato, disfrutando de estos relatos que elaboras con tanto humor. Tu señor PR creo que también anda por aquí, porque veo a mucha gente preocupada, ensimismada por cuestiones que no logro entender, pero que les hace fruncir el ceño de vez en cuando.
ResponderEliminarTe mando un gran saludo, Chelo.
Un beso.
Ariel
Me alegra haberte hecho sonreir. Esto precisamente figura en mi lista de cosas que más me gusta hacer ;-)
EliminarNo sé si es imaginación, Ariel, es algo tan cotidiano lo que he contado...
Por lo que dices, este señor P.R. también anda por tu continente (espero que a ti no te visite mucho, amigo).
Un besazo y muchas gracias por tu cariñoso comentario.