Esta es la 13ª entrega de la Sección Alalimón.
"El buen nombre" es una película
dirigida en el 2006 por Mira Nair, quien, como directora, ha recibido premios a lo largo de su carrera en múltiples festivales, incluso en Cannes. De ella cabe destacar que en sus comienzos intervino como actriz amateur en distintas representaciones teatrales en la ciudad de
Nueva Delhi.
|
Ashmina |
La película está basada en la novela best-seller de Jhumpa Lahiri, y aquí os dejo el enlace a la reseña de Kirke, de "Leer, el remedio del alma".
El argumento viene a plasmar lo que cuesta encajar la cultura hindú con la cultura occidental a Ashima, una guapa cantante de música clásica que luce un pequeño círculo rojo en su frente, símbolo de la vida en su país.
Es a finales de los setenta cuando acepta como
pareja a Ashoke Ganguli, un estudiante de un doctorado de literatura en la ciudad, convertido posteriormente en ingeniero.
El encuentro fue decidido por los padres de ambos al estilo
indio, formando así una pareja bengalí
que decide instalarse definitivamente en Nueva York porque creen que allí les espera un futuro mejor a los hijos que puedan tener.
"Es la tierra de las oportunidades", se dicen. Pero Ashima, inicialmente, no se adapta.
Ya durante su ceremonia nupcial, su abuela le dice unas palabras que reflejan la unión entre dos mundos: "Adopta lo nuevo y no olvides lo viejo”.
El actor que da vida
al personaje de Ashoke,
|
Ashoke |
es una conocida estrella de cine hindú, Irrfan Khan. Como dato interesante diré que la
directora descubrió a este actor a la edad de dieciocho años,
cuando le asignó un pequeño papel en su película "Salaam Bombay" de 1988.
La vida de Ashoke Ganguli dará un giro a raíz de un accidente en el que casi llega a perder la vida en el tren en el que viaja para visitar a su abuelo en Jamshedpur, al este de la India.
Es en ese tren donde un viajero le dice "toma tu almohada y
una manta y vete a ver mundo, no te arrepentirás”, frase que se quedará
impresa en su mente como una señal del destino y que, en su momento, hará saber a su hijo.
Durante
el trayecto del viaje lee el relato "El capote" (-incluido en el libro titulado "Las obras
completas y cuentos"-) del escritor ruso Nikolái Vasílievich Gógol, y es en honor a este escritor del siglo XIX que decide poner el nombre de Gógol al hijo que luego tuvo.
El personaje de Gógol está interpretado por el actor norteamericano, natural de Nueva Jersey y de ascendencia hindú, Kal Penn.
Posteriormente, el matrimonio también tendrá una hija llamada Sonia.
Gógol acaba convirtiéndose en un joven en busca de su propia identidad pues odia su nombre, al no ser hindú ni tampoco norteamericano, por lo que prefiere que le llamen Nick. Cuando realmente se plantea cambiarse de nombre, su padre comenta: “Todo es posible en América”.
|
Ashmina, Gogol y Maxime |
Pero Gógol tiene dudas y le pregunta a su padre: "¿Baba, es eso (-el accidente-) lo que recuerdas cuando piensas en mí?" y su padre responde: “Tú me recuerdas lo que siguió entonces; ha sido un regalo, Gógol”.
Se enamorará de una rubia americana, Maxime, que no encaja en la familia por el importante choque cultural (-ella le llega a decir: “Es como si ni siquiera te conociese”-). Terminará su relación con ella al pactarse una unión de conveniencia con una prima, Moushumi, que aspira a vivir intensamente y no como una tradicional esposa bengalí, llegándole a decir en un momento dado: “¡Quizá no baste que ambos seamos bengalíes!”
Cuando Gógol se da cuenta de la importancia que su nombre tenía para su progenitor, su madre le dice lo siguiente: “La casualidad no existe, Baba te ha enseñado el camino”.
Según he podido leer, la directora, Mira Nair, "contempló la ciudad donde se rodó la película a través de dos lentes diferentes: primero, a través de los sorprendidos ojos de Ashima como inmigrante recién llegada, y luego por medio de los juveniles ojos de Gógol, propios de un joven americano ante quien se despliega un paisaje increíblemente cosmopolita".
En resumidas cuentas, la película exalta lo mejor de las tradiciones indias,
especialmente el respeto mutuo entre padres e hijos, la religiosidad, los prejuicios étnicos, el amor entre diferentes culturas y los problemas de adaptación que ello conlleva, todo ello con una preciosa música tradicional hindú de fondo.
Me resultó preciosa y muy llena de significado la escena en que Ashima, antes de conocer a Ashoke, se calza los zapatos de éste en el vestíbulo de su casa (-como presagio de la vida que le esperaba-), así como la llegada de la familia al sobrecogedor Taj Mahal, uno de los monumentos más famosos y queridos del planeta, conocido como una de las Maravillas del Mundo.
Cabe destacar que la producción de la película sólo pudo arrancar un permiso de filmación para un solo día de rodaje, ¡uno solo!.
Para terminar diré que al final el protagonista lee la dedicatoria que su padre escribió
en el libro que le regaló y que decía lo siguiente:
“Para Gógol Ganguli, por el
hombre que te dio su nombre, del hombre que te dio tu nombre”.
Pero verdaderamente, algo en lo que muchos creemos, es en lo que dijo el abuelo de Ashoke cuando éste era joven: "los libros te permiten viajar sin desplazarte un centímetro”.