Hay quien habla del amor de su vida o del verano de su vida... Yo lo haré del viaje de mi vida.
Fue en agosto cuando puse rumbo hacia J a p ó n en un vuelo que duró unas doce horas y en el que me permití pedir agua a una persona que vi pasar con uniforme. Para mi sorpresa resultó ser el copiloto 😅
Lo que hoy pienso del país nipón se puede sintetizar en esta frase: una delicia para todos los sentidos.
Para el de la vista, las luces de Osaka de noche, la panorámica de Tokyo desde la Skytree, el horror de Hirosima, la belleza de la pagoda de Asakusa o el imponente Buda en Kamakura. O simplemente observar cómo los japoneses hacen fila para acceder al metro. Un regalo para los oídos la música de las estaciones y el silencio en los vagones (o duermen, o miran sus teléfonos).
Degusté los tonkatsu (cerdo empanado), los takoyakis (bolitas de pulpo) o los pastelitos mochi, y menudo aroma el del mercado Nishiki, en Kyoto, con puestos de encurtidos, pescados y especias.
Y queda el tacto. Si bien fue una sensación inigualable dormir sobre tatami (esteras que recubren el suelo) en un Ryokan (típico alojamiento japonés), os contaré que una tarde lluviosa tomé "prestado" un paraguas en una tienda para llegar a un estudio en Arashiyama. Allí dos japonesitas me llevaron a un salón donde dejaron mi cara y nuca (símbolo de sensualidad para ellos) como un lienzo en blanco. «Close your eyes, open your eyes», decía una.
Elegí un vistoso kimono y me calcé unas sandalias de madera con unos tabi (calcetines que separan el dedo gordo del pie). La sesión de fotos fue el colofón. Ahora con sombrilla, ahora con abanico...
Cuando mi book estuvo listo, mis yenes estaban torpes. Les ofrecí con ambas manos mi tarjeta bancaria (siempre hay que hacer todo así), pero esperaron a que resolviera mi problema.
Al salir ya no llovía. Dejé en otra tienda el paraguas y caminé, feliz, hacia el hotel.
De vuelta a España sufrí jet lag... pero esta vez de melancolía.
349 palabras
Pagoda en Nikko
Ryokan con tatami
Gran Buda de Kamakura
Skytree de Tokyo
Yo, vestida de geisha
Cúpula de la bomba atómica de Hirosima
Barrio del Pontocho
*He publicado este post para poder participar en la propuesta de mi querida bloguera Myriam (¡gracias por la invitación!). El viaje da para miles de palabras, pero me he de ceñir a las normas y dejarlo en trescientas cincuenta. Como me queda mucho por contar y mostrar, igual más adelante sigo escribiendo sobre el que ha sido el viaje de mi vida. Hasta el momento...
Lo confieso abiertamente. No sabía cómo volver después de tanto tiempo. Son conocedores de ello mis amigos más cercanos, tanto virtuales como reales. Sin embargo, hace días encontré la manera de la mano de mi sobrina Patri.
Como sus padres estaban de viaje y ella estaba a mi cargo, pensé que estaría bien ir al cine. La idea era ver "Maléfica 2: La maestra del mal". Sin embargo, cometí un gran error: creía que seguía siendo aquella niñita con la que fui a verla primera parte (aquí os recuerdo el post). ¿Y qué pasó? Que a punto de comprar las entradas, cuando el chico de la taquilla nos hizo ademán de que nos acercáramos, a menos de un segundo de abrir yo la boca para pedirlas y viendo que su carita era un poema, le pregunté si es que no le apetecía verla. Su respuesta fue: "¿Es que no lo ves? A esta sesión de tarde solo vienen niños". Me quedé chiripitiflaútica pero reaccioné a tiempo, dimos media vuelta y abandonamos el local.
Salvadas por la campana, lo peor vendría después: qué hacer con una adolescente (ahora lo digo bien) que no sabía qué hacer.
De repente, me asaltó la idea más simple del mundo: irnos a mi casa, buscar alguna película que le gustara entre las miles que su padre me deja compartir en Netflix y hacer palomitas.
—¡Menudo planazo!—creí que pensaría.
La cuestión es que aceptó encantada. Tumbada en mi sofá y tapada con la manta hasta el cuello, eligió una que ella ya había visto pero que quería que viese yo, hasta el punto de que cuando me levantaba a por agua o alguna otra cosa me decía: "Tía, tía, corre que te pierdes lo importante" (como la escena de abajo...).
Y yo, obviamente, le obedecía (ojo a este dato).
Ya sabéis de qué película hablo: "El gran showman". Se trata de un Biopic de 100 minutos, en forma de musical, sobre Phineas Taylor Barnum, un empresario circense estadounidense que fundó lo que se conoció como "el mayor espectáculo en la tierra".
Qué sorpresa me llevé cuando vi que el protagonista es uno de mis actores favoritos: el australiano Hugh Jackman. Junto a él aparecen: Zac Efron, Michelle Williams y Rebecca Ferguson. ¡No lo podía creer! Y menos aún sus dotes para el cante y baile.
Buceando en internet descubrí que nació su pasión por estas artes a la edad de 10 años. También me informé de lo siguiente:
-En 2017, en los Premios Oscar, obtuvo nominación a mejor canción. En los Globos de Oro obtuvo tres nominaciones a la mejor canción original ("This is Me"), así como en losCritics Choice Awards, en que también fue nominada.
Cuando se estrenó la película se ve que no gustó mucho al público pero en las semanas siguientes demostró tener más gancho del esperado, convirtiéndose finalmente en el tercer musical más taquillero de la historia. Tanto es así que el director de la película, Michael Gracey, afirmó: "Cuando una película se convierte en un éxito tan grande como este, es natural que se demande una secuela".
Sublime la actuación de Rebecca Ferguson en el papel de Jenny Lind.
Hasta dos veces escuché la canción. No os la perdáis, hacédme caso...
Encuentro lógico que a las personas que no les guste los musicales encuentren la película ligera y sin profundidad, pero es la historia de un "visionario que salió de la nada para crear un fascinante espectáculo que se convirtió en una sensación mundial",alguien que supo convertir en realidad sus sueños a base de dos cosas: ambición e imaginación.
A propósito de ello, y si no recuerdo mal, en un momento dado el protagonista dice más o menos esto: "Si hay algo peor que tener mucha imaginación es no tener ninguna".
Barnum, su esposa y sus hijas
Está llena de llamativas escenas y cosas asombrosas que no voy a desvelar, pero si algún mensaje he de destacar es este: tan importante es que los niños escuchen a los mayores como que los mayores escuchen a los niños. En la película, Barnum atiende la sugerencia de sus hijas y le fue de maravilla.
Y yo ese día hice lo propio con mi sobrina y gracias a ello ahora estoy aquí después de un tiempo en que perdí, por cosas que no vienen al caso, mi ilusión por todo. Intenté ser el motor de mi propio ánimo, ayudándome yo misma (como una vez me sugirieron) con post-its de aliento en la nevera, con frases optimistas en mi teléfono, un viaje y algunas cosas más. Pero no lo conseguía... Solo de la mano de algun@s buen@s amig@s y con algún que otro empujón (-léase un hecho accidental que podía haber ocasionado que hoy ya no estuviese en este mundo-), he recobrado algunas de mis pasiones, entre ellas, MI BLOG, al que no puedo dejar abandonado ya que el día 22 de este mes es:
¡¡¡Su 7º cumpleaños!!!
Mirad, si hasta Hugh se puso pajarita y smoking para venir a celebrarlo.
"El autor" es una coproducción española-mexicana de 2017, dirigida por Manuel Martin Cuenca. Está basada en la novela corta de Javier Cercas, publicada en 1987, titulada El móvil. Aquí os dejo la reseña de Kirke.
Con una duración de 112 minutos, empieza con una canción de José Luis Perales, cuya voz reconocí de inmediato, que dice así: "A veces uno siente soledad estando acompañado, y escucha una palabra sin valor, y nace una sonrisa sin verdad". Es este el preludio de una trama que habla del proceso de creación intelectual, ese proceso que nos tiene atrapados a casi todos los que aquí estamos.
El reparto corre, entre otros, a cargo de:
Álvaro, Juan y Amanda
-Javier Gutiérrez, que se pone en la piel de Álvaro, protagonista principal. De simple empleado en una Notaría quiere llegar a ser escritor. Su interpretación ha sido reconocida, como puede verse en la larga lista de premios que fueron concedidos a la película:
2017: Premios Goya: Mejor actor (Javier Gutiérrez) y actriz secundaria (Adelfa Calvo). 9 nominaciones
2017: Festival de Toronto (TIFF): Premio FIPRESCI
2017: Festival de San Sebastián: Sección oficial
2017: Premios Feroz: Mejor actor (Javier Gutiérrez) y actriz secundaria (Adelfa Calvo). 8 nominaciones.
2018: Premios Fénix: Nominada a mejor actor (Javier Gutiérrez).
2018: Premios Platino: Nominada a mejor actor (Javier Gutiérrez).
Premio Forqué al mejor largometraje de ficción.
-Antonio de la Torre, que interpreta a Juan, su maestro de escritura. Un profesor singular, tanto como la escena en la que aparece degustando unas gambas.
-Adelfa Calvo, que da vida a la portera, Doña Lola, una mujer a la que no han sabido querer e insatisfecha en todos los aspectos de su vida, y que cae en la "encerrona" de Álvaro. A propósito de ella diré que en una entrevista que se le hizo en Diario Sur afirma que este papel ha sido, sin lugar a dudas, el mayor reto de su carrera, un film
donde se desnuda (literalmente añado yo) en cuerpo y alma: "A partir de ahora me considero una
mujer de 55 años muy valiente. Es un homenaje a las
mujeres que ya han cumplido más de 50 para que se arriesguen en la vida.
Cada vez que abres los ojos es una oportunidad para enamorarte,
disfrutar del sexo, disfrutar de la vida, reírte (...). Hay que aceptar que todo el mundo no es 90-60-90, que hay mujeres maravillosas y
hermosas que se pasan de su talla y tienen igualmente un sentir. Yo no aspiro a un papel protagonista, quiero ser una maravillosa actriz
de reparto".
En palabras del director: "Doña Lola se entrega a los brazos de un canalla moral que comete la canallada moral más terrible, que es hacerla creer que es amada" .
Comenta también que, desde el principio, le decía: "Tú eres mi Madame Bovary".
-María León, en el papel de Amanda García Cabo, la mujer de Álvaro. Me descolocó (tanto como a Álvaro), el juego que se traen Juan (el profesor)y ella.
La película fue rodada en diferentes localizaciones de Sevilla y, centrándonos ya en el argumento, contaré que Álvaro está obsesionado con escribir un libro y se siente a la sombra de su mujer, Amanda, quien acaba de publicar una de esas novelas que causan furor: "El secreto de los hombres". Ella es galardonada en un acto en el que él hace acto de presencia con retraso, y tiene que escuchar de su boca y en público:
"Gracias, Álvaro, por tu esfuerzo y...gracias por llegar". Aquí ya se intuye que entre ellos hay una ligera tensión.
"Si no tienes talento para escribir, no escribas", le llega a decir más tarde.
Se separan después de un desagradable incidente que no quiero desvelar y es entonces cuando empieza su particular guerra de egos sobre quién es mejor escritor.
Como él carece de imaginación y de estilo, acude a unos talleres de escritura donde recibe una despiadada crítica por parte de su profesor:
"¡Cuénteme usted cómo se come un filete, cómo me odia! (...). La inspiración está en la vida. Si usted se quiere inspirar ¡viva, coño, viva, sienta, escuche, que le pase algo, cojones! ¡Cuénteme algo que tenga un poquito de verdad!".
Pero eso es precisamente lo que necesita Álvaro, la verdad, y como el profesor le insta a que encuentre su propia voz, comienza a relacionarse con los nuevos vecinos del inmueble al que se va a vivir. Por cierto, hay que decir que en la película están muy bien ambientadas las estancias de todos los personajes, acordes con su personalidad.
Álvaro y Doña Lola
Empieza nutriéndose de toda la información que le ofrece, sobre todo, la
portera del edificio, Doña Lola. Ella le dice que lo que más le gusta de los hombres es las piernas y como se ve en la imagen, él utiliza sus encantos para sonsacarla. "Me he perdido tanto que ahora me quedan los derechos de tenerlo todo (...) Eres un personaje tremendo", le dice.
Enrique e Irene, los vecinos
Y tan tremendo que es Álvaro. Hasta hace esquemas en una pizarra a la que traslada los hechos de la calle, empezando a grabar las discusiones entre sus vecinos de rellano mexicanos, Enrique e Irene,
cuyas conversaciones en la cocina puede escuchar desde su baño. Les llega a manipular como si de personajes de sus escritos se tratara. Por cierto, las sombras chinescas en el patio de luces dan un toque original a la película.
El profesor le dice al cabo de unos días: "Vivir, mirar, escuchar...Siga así".
Juan, el profesor
Pero como Álvaro anda continuamente pisándole los talones para preguntarle su parecer, le responde aquél en una de las copiosas comidas a las que le invita: "Si te gusta escribir, cantar, bailar,...¿en qué te ayuda saber si eres bueno o no? El gusto personal no te lo quita nadie, por eso te gastas la pasta en talleres. Otra cosa es lo que vendas, o si te dan un Nobel. ¡Que escribas el puto libro y que te dejes de hostias".
Álvaro
Por qué Álvaro escribe, a veces, desnudo es algo que tampoco voy a destripar. A propósito de ello, la crítica que hizo en su día el Diario El Periódico me pareció muy acertada: "El relato es a veces tan desnudo como ese decorado aséptico, de paredes blancas y sin apenas mobiliario".
Como dijo el director, Martín Cuenca, "lo que importa no es saber si Álvaro se ha convertido en un gran escritor o no, lo que importa es su esfuerzo, su obsesión por levantar la palabra y materializarla”.
En una entrevista que le hicieron en 2017 en ABC añadió dos cosas importantes: que lo que más le gustó de la novela de Cercas fue la ironía, y que el
proceso de obsesión y de entrega del necio es igual que
el del genio. "Vivir,
escribir aunque seas un necio, rodar películas aunque te quedes mal, es
hermoso, y es la vida. Ese es el mensaje positivo de la película", concluye. A mí solo me resta decir que todas las fotografías las tomé yo y responden a los momentos que más me llamaron la atención.
Ayer por la tarde vi Roma, la película dirigida, escrita, fotografiada y coproducida por Alfonso Cuarón, que se ha llevado el Oscar a: mejor guión, mejor
fotografía, mejor película extranjera y mejor director. Son los cuatro que ha conseguido de las 10 nominaciones que tenía.
Se trata de un film dramático en blanco y negro que toma su nombre del barrio donde se desarrolla, la colonia
Roma, una zona en la que se asentó la clase alta mexicana durante la
primera década del siglo XX.
Se desarrolla aquí porque es la intención del director recrear su infancia e incluso la casa en que creció (que, por cierto, he leído que aparece en la película). Pero no solo esto: Cuarón dedica la película a "Libo", diminutivo de Liboria Rodríguez,
la mujer de origen mixteco que comenzó a trabajar en su casa cuando él tenía nueve meses y cuya historia le sirve de guión para la trama que lleva al cine, haciendo un retrato realista sobre la sociedad de los años setenta, si bien en una entrevista que se le hizo negó que fuera una película confesional.
La protagonista principal es Yalitza Aparicio, una joven indígena mexicana nacida en 1993. De tímida maestra de preescolar que era en la vida real, pasa a ser actriz "por accidente" y, de no gustarle posar en fotografías ni hablar en público, llega incluso a posar para la portada de la revista Vogue.
Es por ello que se ha dicho que con esta película se están rompiendo los estereotipos según los cuales solamente personas con
cierto perfil pueden aspirar a ser actores o actrices o aparecer en una
portada de revista.
Yalitza Aparicio
Y si digo que fue protagonista "por accidente" es porque fue al casting de la película a acompañar a su hermana, la cual siempre se sintió atraída por la actuación. Pero como esta apenas podía caminar debido a su avanzado estado de gestación, le pidió que, en su lugar, entrara ella.
Cuarón vio en su rostro a la persona perfecta para ponerse en la piel de Cleo, una empleada doméstica que mantiene a flote a una familia de clase
media y a través de cuya vida se ponen de manifiesto las desigualdades sociales y raciales. Cree el director que, en pleno siglo XXI, hablamos de un empleo que no
está legislado y es por ello que quiere hablar en su película del "castigado papel de las mujeres en la sociedad mexicana".
La propia Yalitza ha afirmado en una entrevista que he leído: "Yo
estoy orgullosa de ser una indígena oaxaqueña. Después de vivir toda esta aventura me di cuenta de que el cine no es
algo lejano a lo que yo siempre he soñado; mediante películas también se
puede educar a la gente de una forma más masiva.
Yo soy la voz de todas mujeres a quienes han llamado Indias; he
demostrado que la condición de indígena no es impedimento para lograr
nuestros objetivo, que la vida es la que te enseña, el cine es una parte circunstancial en la vida".
De hecho, como dato curioso hay que señalar que es la primera mujer indígena en la historia que es nominada al Oscar a la mejor actriz.
Además deCleo, a la que, dicho sea de paso, le dicen infinidad de veces que la quieren, conviven en la enorme casa donde transcurre casi todo:
La abuela Teresa y Sofí
-La abuela de la familia, Teresa. Una mujer que parece que está de más, pero que pone orden en la misma. Hay una escena angustiosa entre Cleo y ella de la que no os puedo contar más, so pena de desvelar algo importante de la trama.
-La dueña de la casa, la señora, Sofía, que está pasando por una convulsa época en su matrimonio.
La señora Sofía
-El marido de Sofía, Antonio, más preocupado por su profesión que por su familia, por lo que casi nunca está presente. Impresionante la escena en la que aparece por primera vez con su enorme coche, haciendo alarde de su gran habilidad como conductor.
-Cuatro niños de poca edad: Sofi, Toño, Paco y Pepe.
Fermín
-La prima de Cleo, Adela, que también sirve en la casa.
-Fermín, el novio de Cleo.
Cleo
Hay escenas dramáticas como la matanza de estudiantes
conocida como Corpus Christi o el "Halconazo" (que tuvo lugar el 10 de
junio de 1971), u otras que ponen los pelos como escarpias y en las que presientes lo peor (como la de la playa que se recoge en el cartel de la película).
- ¿Qué haces? Ya dime. - No puedo, estoy muerta. - ¡Ah! Oye. - ¿Hum? Me gusta estar muerta.
También aparecen aviones. De hecho empieza la película con el paso de uno y termina con otro.
Me llamó la atención este hecho e indagando sobre ello resulta que que son como un leitmomotiv a lo largo de la trama: la colonia Roma se encuentra cerca de uno de los corredores aéreos por el que pasan
los cientos de aviones que cruzan cada día los cielos de la Ciudad de
México para aterrizar en su aeropuerto internacional, y el propio director ha afirmado que "las aeronaves cruzando el cielo de México le sirvieron para trasmitir también la idea de que las situaciones por las que atravesaban los personajes eran transitorias y que había un universo más allá de sus contextos personales".
"Borras"
También me creó curiosidad la importancia que se da a los perros, y leyendo sobre ello descubro que el que sale en la casa era un perro callejero al borde de la muerte. Por lo visto se encontraba atado con un alambre a una pared, a punto de morir de hambre y sed. Cuarón que lo vio y que, además, buscaba para la película un perro parecido al suyo cuando era niño, pensó que era perfecto. Desde entonces lo entrenaron para su debut cinematográfico y hoy es mundialmente conocido como "Borras".
Hay imágenes preciosas y la música que ambienta la historia desde el inicio hasta el fin a casi todos os va a resultar conocida: suenan artistas como Juan Gabriel, Rocío Dúrcal o Leo Dan con su bella canción "Te he prometido" que, por cierto, tanto he escuchado yo en mi casa desde pequeña y que tararea Cleo al comenzar la película.
Termino con una frase, tal vez un tanto desesperanzadora, que le dice la señora Sofía a Cleo cuando una noche llega a casa ebria, dispuesta ya a afrontar el abandono de su marido:
"Estamos solas. No importa lo que te digan, siempre estamos solas". Apunto tan solo que la pobre Cleo también padece lo suyo.
Preguntado sobre esta afirmación, el propio Cuarón explicó en una entrevista: "Me quedó clarísimo que lo único que existe es una soledad inmensa y lo único que le puede dar sentido a la vida son las relaciones afectivas que puedas tener".