26/02/2018

La historia de Fede



A Fede, con tan solo ocho años, le tocó ejercer de padre de una familia formada por una madre un tanto desvalida, un hermano con una ligera discapacidad provocada por una deshidratación al nacer y una hermana que, viendo el carácter blando y resignado de su madre, adoptó este rol.
Su padre, panadero de profesión, un mal día empezó con dolores de espalda que, lógicamente, achacaba a su trabajo pero que resultó ser un cáncer que se lo llevó en apenas un par de meses.
Por si fuera poco, su hermano discapacitado sufrió abusos por parte de un depravado durante las fiestas del pueblo, siendo Fede testigo directo de los hechos.  
Cuando ingenuamente le contó a su madre lo que había visto y escuchado, ésta lo cogió en volandas de la mano y se lo llevó corriendo al cuartel de la Guardia Civil a declarar cosas que, a todas luces, eran impropias para un niño de su corta edad.

Pero todo aquello a Fede le hizo crecer. Pegó un estirón en todos los sentidos. Todo lo que tenía de guapo lo era también de espabilado y compaginaba a la perfección su afán de proteger a todos con sus estudios.

Pasado un tiempo, su hermana se casó y también fue madre de una preciosa niña con quien Fede se volcó; no en balde era su primera sobrina y sentía por ella verdadera adoración. 
La cuidaba siempre que hacía falta ya que su madre (abuela de la niña) andaba siempre por la iglesia del barrio donde escuchaba misa, leía y rezaba por todos, colaboraba en las ofrendas y hablaba con las monjitas de clausura que allí se encontraban congregadas detrás de unas rejas.

La pobre mujer, por quien verdaderamente sentía auténtico pesar era por su hijo mayor, el de la discapacidad, logrando que ésta se le reconociera oficialmente a base de subirse a muchos autobuses y rellenar toda clase de papeles ininteligibles para ella. Por otra parte, consiguió también que el niño no quedara quieto en casa. Tanto fue así que, con el tiempo, en unos talleres de agricultura para niños con el mismo problema que el suyo, el chaval conocíó a una chiquilla de la que empezó a ser su novio.

Y mientras Fede velaba por todos: por su madre (que siempre estaba en la iglesia), por su hermano (que siempre estaba con su novia), por su sobrina (ya que su hermana siempre estaba trabajando).
Era ejemplar la dedicación que un niño de su edad ejercía sobre todo y todos. Sus ambiciones tampoco eran cortas pues se propuso estudiar Medicina cuando fuera mayor a fin de poder curar enfermedades como la que le arrebató a su padre.

Pero con el tiempo empezó a faltar a clase. Alegaba que tenía que cuidar de su sobrina o acompañar a su madre a algún lugar. Después de muchas pesquisas todo apuntaba a que padecía bullying en el colegio. Sus notas empezaron a bajar y estaba siempre irascible.

Hoy su madre ha recibido una nota de la tutora: en el colegio se ha descubierto que es él quien lo ejerce sobre otros niños, que ha sido visto hurgando en mochilas ajenas en la hora del patio y, por si fuera poco, también ha sido denunciado por un vecino que vio desde su ventana cómo rayaba su coche junto con otro chaval.

Nadie de los que le conocen da crédito ya que su conducta siempre ha sido impecable. Todos le preguntan pero su hermetismo al respecto ha sido absoluto hasta que Ana, la psicopedagoga del centro en el que estudia, ha logrado sonsacarle esto: si siendo buena persona todo a su alrededor anda mal, cree que actuando a lo loco y sin escrúpulos, igual ruedan mejor las cosas. Su mentalidad de niño no alcanza a verlo de otra forma.

Con buen criterio, la terapeuta dice que necesita descargar las "piedras" de la pesada mochila que carga en sus espaldas y que está arrojando sin más y por doquier, y a su vez precisa llenarla de mimos, risas, amigos, juegos y, por supuesto cariño por parte de los que le quieren pero que, inmersos en sus problemas diarios, prescinden de hacérselo saber.

Y es que mostrar amor a un niño debiera ser tan importante como saciar el hambre o las ganas de dormir.



19/02/2018

"El bosque animado"


Esta es la 14ª entrega de la Sección Alalimón.

Aquí os dejo el enlace a la reseña de Kirke, pues la película es una adaptación de la novela homónima del escritor gallego Wenceslao Fernández Flórez.


La película obtuvo en la II edición de los Premios Goya los siguientes premios:
-Mejor película
-Mejor actor protagonista: Alfredo Landa
-Mejor guión: Rafael Azcona
-Mejor música original: José Nieto

-Mejor diseño de vestuario: Javier Artiñano
El director, José Luís Cuerda, la estrenó en 1987 utilizando como eje central un bosque, la “fraga” de San Salvador de Cecebre, localidad situada a unos 15 kilómetros de La Coruña.

Nos encontramos ante lo que se denomina un "realismo mágico", ambientado en la Galicia rural de finales del siglo XIX y en el que, usando el género llamado coral (-no hay un protagonista principal, aunque sí varios destacados-), las vidas de los diversos personajes se van entrecruzando en el susodicho bosque. 

Es por ello que esta vez no voy a contar nada del argumento pues, al tratarse de historias separadas, correría el peligro de que perdiera encanto la película cuando la vieráis.

No obstante, daré una pincelada de los protagonistas y, a través de ella, que juegue vuestra imaginación:

Figuran en el reparto, entre otros:
Sr. D'Abondo
-Fernando Rey, que interpreta al personaje Sr. D’Abondo y Paca Gabaldón a su mujer, la Sra. de D'Abondo. Ambos son los ricachones señores del pazo.


Pilara y Hermelinda
-Encarna Paso, que interpreta a Juanita, una mujer soltera y de mal carácter, a la que solo le interesa el dinero y que explota en los quehaceres domésticos a su sobrina, Hermelinda, papel que encarna Alejandra Grepiy después a la niña Pilara, a la que tiene dentro de un puño y con la que muestra toda su hipocresía en un momento dado y que no voy a desvelar.
Pilara y el bandido
Amelia y Gloria
-Alicia Hermida y Amparo Baró, que interpretan a Amelia y Gloria, las parientes de clase alta que vienen de Madrid para tomar los aires gallegos (y a las que cualquiera les habla de meigas o de la Santa Compaña porque se ponen de los nervios).
La Moucha

-Maria Isbert, que encarna a La Moucha, que es una sanadora que está postrada en la cama, desde donde ofrece consejos.

-Tito Valverde, que interpreta al pocero Geraldo. Está cojo y lleva una pierna de hierro que engrasa con aceite para que no chirrie cuando cree que puede ver a Hermelinda, de quien está enamorado.

Fendetestas y Geraldo, el pocero 
-Miguel Rellán, que interpreta a Fiz de Cotovelo, muerto que no puede descansar en paz por no cumplir su promesa de ir a San Andrés de Teixido y que anda como alma en pena como si fuera componente de la Santa Compaña.

-Y
 Alfredo Landa que, en el papel del bandido del bosque con el sobrenombre de Fendetestas, se esconde de la justicia y asalta a todo aquel que pasa por él, aunque en el fondo su corazón sea noble e inspire simpatía.
Fendetestas, el bandido

Hay diálogos y frases que no tienen desperdicio:

-"¿Qué quieres de mí, unas misas?" (bandido)
-"Lo has dicho como si las llevaras en el bolsillo" (el "alma en pena")

-"No eres un bandido pues los bandidos saben cómo entrar en las casas ajenas" (Pilara).

-"Yo era...como si dijéramos...novio de Hermelina" (Geraldo a Pilara).

-"Todos los bosques tienen derecho a tener su aparecido" (el "alma en pena").
 
-"Ya que te vas a morir, ¿por qué no me dejas de bruja de la aldea" (madre de Pilara a La Moucha).

Y escenas tiernas (como la de Pilara bailando con una almohada en su habitación) o en las que un@ se ríe con ganas (como la que provoca que las hermanas ricas madrileñas pongan pies en polvorosa "porque la Santa Compaña gemía"). Hay que ver la película para saber el porqué de las mismas.

Y con la frase que figura abajo acaba este film que, sin ningún género de dudas, recomiendo por lo bien hiladas que están todas las tramas, por la extraordinaria mezcla en ellas tanto de crítica y desigualdad social como de sutil ironía y, cómo no, por la magnífica interpretación de todos los personajes y, en especial, de Alfredo Landa:


12/02/2018

Llamadas perdidas



Sara lo odiaba a muerte. Nunca se llevaron bien y ahora sabía el daño que él estaba haciendo a su amiga Carmen con las dichosas llamadas perdidas que a cualquier hora del día, noche o madrugada le realizaba. Sonaban dos o tres pitidos y, de nuevo, el teléfono recobraba su silencio.

Después de un año de noviazgo, fue Carmen quien quiso darse un tiempo y a él le estaba costando asimilarlo aunque, la verdad sea dicha, ella tampoco lo llevaba demasiado bien.

La muy astuta de Sara, un día que Carmen le pidió el teléfono para llamarle desde un número desconocido y así poder escuchar su voz, lo guardó en su agenda hasta que, viendo a su amiga cada día más triste, una tarde estalló y le envió un mensaje de texto a él diciéndole: "O dejas de hacer llamadas a Carmen o vas a saber quién soy yo".
Total, como él no conocía su número, qué más daba, nunca lo iba a descubrir.

Días más tarde, Sara confesó a Carmen lo que había hecho (totalmente satisfecha con lo que consideraba una proeza) e instintivamente recibió de ella una bofetada.

En aquel mensaje de texto que Sara envió se le había escurrido como agua entre los dedos lo único que tenía de él, unas señales en su teléfono que indicaban que aún la recordaba a todas horas.



232 palabras

*Presentado a concurso en la Comunidad Relatos Compulsivos, teniendo que usar las palabras:astuto, estallar y bofetada.
Máximo 350 palabras (-de nuevo me quedo la 6ª-).


05/02/2018

"Elegy"


  • Duración: 108 minutes
  • Guión: Nicholas Meyer
  • Directora: La recientemente oscarizada Isabel Coixet por "La librería", que obtuvo 12 nominaciones a los Premios Goya de este año.
    Ha comentado, a raíz de ello:  "No
    siento presión. Para mí, el regalo ha sido poder hacer la película como yo soñaba".

    Autora de otras películas (-que sí he visto-) como  "Mi vida sin mí" de 2003 (reseña) y "La vida secreta de las palabras" de 2005  (ganadora de 4 Goyas incluyendo mejor película), siendo "Elegy" su primera producción íntegramente norteamericana (-esta última la vi hace casi un mes-).
     
  • Protagonistas
-Penélope Cruz, que da vida a Consuela Castillo
-Ben Kingsley, interpreta a David Kepesh
-Patricia Clarkson es Carolyn
-Peter Sarsgaard, es el Dr.Kenny Kepesh, hijo de David, y
-Dennis Hopper, es George, amigo de David.

"La vejez no está hecha para los cobardes" dijo Betty Davis, pero fue Leon Tolstoi quien dijo que "la mayor sorpresa en la vida de un hombre es la vejez" pues, según él, se acerca a hurtadillas y acto seguido te estás preguntando cómo es posible que siga involucrándose en las comedias de la vida humana porque en la cabeza nada ha cambiado.


Así comienza la película"Elegy", basada en la novela corta "El animal moribundo" del estadounidense Philip Roth, escrita en 2001. 
David y su hijo

Tiene un elenco muy logrado encabezado por el actor Ben Kingsley que, como ya dije, se pone en la piel de David Kepesh, carismático profesor universitario de crítica literaria ya entrado en los sesenta, divorciado hace muchos años y padre de un hijo, Kenny, con el que no tiene una buena relación.
Carolyn


Carolyn aparece como la madura amante ocasional de David. Mujer que nada le exige y de la que no espera ningún compromiso.

George y Davd

Importante es también la relación de David con su amigo George (Dennis Hopper), un prestigioso poeta al que le gusta serle infiel a su esposa con mujeres más jóvenes. 

Pero realmente la historia arranca cuando David ve por primera vez a Consuela Castillo (Penélope Cruz) en su clase (-él tenía 62 años y ella es una sensual cubana de tan solo 24 años, aparentemente frágil pero de naturaleza fuerte-). Es en ese momento cuando su vida da un giro radical. Ella siempre se vio vulnerable a la belleza femenina porque no sabe cómo llevarla. De hecho, él le dice "hay algo en usted que invita a la formalidad. Muestra una elegante austeridad".

Consuela y David
Al final del trimestre, David organiza una gran fiesta en su espacioso apartamento e invita a Consuela, despertándose en él sus sentidos eróticos, a pesar de que siempre ha sido para él una regla inflexible no ponerse nunca en contacto con ninguna de las estudiantes.
Pero en un momento dado le dice: "Podemos ir a mi casa. Allí seré el único que te mirará". Ella le pregunta si hará algo por ella, a lo que él asiente, siendo su petición que le toque el piano.

Él es consciente de la paradoja que encierra verse ya mayor a los ojos de la sociedad (aún conservando un cierto atractivo), pero todavía  rebosante de impulsos eróticos. 
Inicialmente le mueve un deseo puramente sexual hacia Consuela, pero con el tiempo (por más que se niegue a reconocerlo), se da cuenta de que lo que siente hacia ella es amor. Se pregunta: "¿Se puede conocer a una persona encantadora sin que medie el sexo? Imposible". 
Además, celoso como es de su independencia, es incapaz de reconocer que también es amor verdadero lo que ella siente por él, siendo un hecho inesperado (en el que no voy a entrar) el que les reconcilia.
En un momento dado ella le pregunta: "¿Quieres estropearlo todo?. Pues tendrás que confiar en mí".

David se da cuenta de que hay que dejar de preocuparse menos por envejecer y más por madurar, así como dar las gracias por haber tenido un único encuentro.  

"Me he pasado la vida saltando de una relación a otra porque ello me hacía creer que no estaba solo y el tiempo no pasaba", se dice a sí mismo, a la vez que piensa que las mujeres guapas "son invisibles. Vemos la cáscara que encierra la belleza. Estamos tan deslumbrados por el exterior que nunca conseguimos llegar al interior".
 
Consuela y David
Es una película en la que está presente, además de un humor agridulce, los terribles celos en las fantasías de David (imagina a Consuela en brazos de un amante imaginario) y, a la vez, esa angustia por envejecer. 

Todo ello con una delicada música de piano, pues Bach y Beethoven suenan en la banda sonora.

l personaje principal de la película intenta escapar de su vida por medio del sexo", explica Coixet, pero al final "es a través del sexo como encuentra el amor. Me parece bastante bonito”.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/367718/0/elegy/penelope/cruz/#xtor=AD-15&xts=467263
Hasta aquí lo poco o mucho que quería contar sobre el argumento.

Isabel Coixet
Informándome más sobre la directora y sobre el sentido de la película me he encontrado con que Isabel Coixet ha explicado en alguna ocasión que "el personaje principal intenta escapar de su vida a través del sexo, pero al final es a través del sexo como encuentra el amor. Me parece bastante bonito".

La propia Penélope Cruz (-homenajeada en los premios Gotham por esta película; es más, algunos críticos la consideraron candidata al Oscar-), dijo de su personaje que "él no es un depredador ni ella una víctima, sino que ella sabe por qué quiere estar con él".
“El personaje principal de la película intenta escapar de su vida por medio del sexo", explica Coixet, pero al final "es a través del sexo como encuentra el amor. Me parece bastante bonito”.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/367718/0/elegy/penelope/cruz/#xtor=AD-15&xts=467263
“El personaje principal de la película intenta escapar de su vida por medio del sexo", explica Coixet, pero al final "es a través del sexo como encuentra el amor. Me parece bastante bonito”.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/367718/0/elegy/penelope/cruz/#xtor=AD-15&xts=467263

“El personaje principal de la película intenta escapar de su vida por medio del sexo", explica Coixet, pero al final "es a través del sexo como encuentra el amor. Me parece bastante bonito”.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/367718/0/elegy/penelope/cruz/#xtor=AD-15&xts=467263
En una entrevista a Isabel Coixet en El Cultural, se le preguntó "si cuando leyó la novela, conectó con ella de una forma íntima".

Ella contestó que la leyó de un tirón, añadiendo: "siempre me ha obsesionado la diferencia de edad, la ausencia del que fallece…Mis parejas han sido siempre mucho más jóvenes o mayores. Y la novela habla de relaciones amorosas entre profesores y alumnos, de la fascinación mutua entre los que guardan la llave del mundo del conocimiento y sus discípulos. En la novela ocurre pero se da también un giro en los roles".
David y Consuela
Cuenta que Philip Roth, el escritor de la novela, la llamó la medianoche previa al primer día de rodaje para darle su mejor consejo: "Me dijo: Isabel, no olvides que el cuerpo tiene más memoria que el cerebro”.
  
Ella cree que Roth es Kepesh (-pero se abstiene de garantizarlo-), y afirma que: "no sabe si hubo una Consuela Castillo real. Le dije (a Roth) lo que significa Consuelo en castellano y le pedí cambiar el nombre. Me replicó que por encima de su cadáver (...). Supe que había habido una mujer importante en su vida y que el nombre de su madre era Consuelo".

Según Coixet, banalizar la historia para intentar que fuese comercial no tenía sentido y su fórmula fue mezclar pasión con sentido común. Y, en su opinión, funcionó. También añade "¡Cualquier relación es una trampa! Aparentemente, él domina a Consuela, pero no es así". 

Y aquí una servidora (-que también se llama Consuelo y tiene una madre y una abuela con el mismo nombre-) opina como David Kepesh: "el tiempo pasa mientras miramos a otro lado", así como que hay relaciones que son como una montaña rusa y, como todas las atracciones, llega un momento en que se acaban y se tarda tiempo, mucho tiempo, en recuperar el equilibrio.