Hola amigos. Aquí os traigo el post que Eme publicó en su blog respecto a mi primer viaje.
Una maravilla de composición que abajo os copio y que podéis ver entero en este enlace: http://viajeyfotos.blogspot.com.es/2017/05/mi-primer-viaje-de-chelo-ferrer.html
20.5.17
MI PRIMER VIAJE DE CHELO FERRER
"¡Hola corazones! Seguimos con nuestra sección de viajes hechos con la brújula imantada de tiempo y nostalgia. Esta vez el viaje viene cargado de regalos y de amigos. Para los que no seguís estos viajes comentaros que es una sección abierta a cualquiera que le apetezca participar con crónicas de su primer viaje, esas anécdotas y momentos inolvidables, y esas fotos de antaño.
MIGUEL PINA MILANO NEGRO XUS CLIMENT JOSEP Mª PANADÉS y ROSA BERROS han traído a este blog sus inolvidables viajes de amor, (incluido aniversario de bodas) unos maravillosos paisajes; algunos no faltos de anécdotas y otros "nada saludables". Son geniales, y no me harto de decir que he disfrutado mucho con cada uno de ellos y los que quedan por subir. GRACIAS.
CHELO FERRER va a ser hoy nuestra viajera. "
"Chelo es una de las primeras seguidoras que tuvo mi blog. Es una compañera entrañable en esta red donde nos hacemos con vidas prestadas; ella es obsequio y sorpresa en este mundo virtual. Lo mismo te regala un escrito, que una película; te dedica un recuerdo o te colecciona momentos. Te hace un regalo con la misma ilusión que desenvuelve el tuyo y, sin dudarlo, si yo tuviera que jugar a comer manzanas con las manos atadas buscaría a Chelo, y ni se me ocurriría columpiarme en inglés con ella jejeje... Aparte de estas bromas, esta vital compañera levantina imprime una inyección de optimismo con todas las entradas que sube a su blog EL BLOG DE CHELO películas y algunas cosas más. ¡No os lo perdáis!"
MI PRIMER VIAJE.
El primer viaje que recuerdo haber hecho es a Madrid con unos 17 años. Fue con mis padres, hermana y hermano (éste era todavía muy pequeño). Mi padre tenía que ir a la capital por razones de trabajo y recuerdo que fue toda una alegría para nosotros que nos preguntara si queríamos acompañarle. Como mi madre era ama de casa y nosotros teníamos vacaciones escolares con motivo de las fiestas de San José (son Fallas en mi tierra), no había problema de ningún tipo.
Y para allí que nos fuimos los cinco. En tren. De esos trenes eternos que, desde la Comunidad Valenciana, hacían el recorrido por Albacete, creo. Pero esto solo nos importó a la hora de volver, porque ya se sabe que en las 'idas' de los viajes la ilusión pesa tanto como el equipaje.
Recuerdo perfectamente el nombre del hotel en que nos alojamos y el nombre de la calle en que estaba situado. ¿Por qué me acuerdo tan bien de estos datos? Porque yo llevaba en mente visitar a una amiga que estaba estudiando allí, en Madrid. Y, claro, esos nombres eran fundamentales en el caso de perderme.
Mis padres confiaron en mí, porque tenía clara la dirección, el bus que debía coger, todo... Todavía no sé ni cómo me atreví a ir yo sola, y lo que es más, cómo llegué a encontrarla, ¡menuda alegría al vernos!
Se me quedó grabado el momento en que, estando yo en el rellano de la escalera, abrió la puerta una chica que resultó ser compañera suya, y lo primero que pensé es que me había equivocado al anotar su dirección. Cuando apareció ella por detrás, la alegría fue inmensa y nos dimos un abrazo.
Con ocasión de esa visita, recuerdo también haber dado la tabarra al recepcionista del hotel preguntándole, como si estuviera en casa: "¿Oiga, me ha llamado alguien?" (no tenía entonces teléfono móvil), y todo porque mi amiga tenía que dejar recado en el hotel de si iba a estar o no en Madrid, para que no hiciera la visita en balde.
El fin de semana, como mi padre ya estaba libre de sus obligaciones laborales, fue muy intenso. Nada más llegar lo que más me llamó la atención fue que las calles eran muuuuuy largas, ya que paseamos por La Castellana y no se acababa nunca.
En consonancia con esto, la cantidad de coches circulando a todas horas por ellas. Recuerdo, como anécdota, que un día salimos a cenar y al terminar dimos tal paseo que, a la hora de volver, no encontrábamos el hotel de ninguna manera, y por poco llamamos un taxi. Nos llevó a ver El Museo del Prado, el Palacio Real, paseamos por el Parque del Retiro, la Casa de Campo, tomamos un "relaxing cup of café con leche" in Plaza Mayor (entonces no se decía así), y también fuimos al Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Esta última visita pasará a los anales de la historia de los viajes de mi familia porque era la primera vez que mis hermanos y yo veíamos nevar. Yo, que ya entonces era aficionada a la fotografía, vi una ocasión única de hacer ¡por fin! fotos en la nieve. Les hice posar ponerse aquí, allá, más allá...Todos diciéndome: "Vengaaa, ya no más, que nos congelamos".
Mi cámara era de esas de carrete de toda la vida y cuando al regresar del viaje lo llevé a revelar, en la tienda me dijeron que lo sentían, que había puesto mal el carrete y estaban todas las fotos superpuestas (-que quede entre nosotros, pero a mí me mosqueaba que no se acabara nunca la posibilidad de seguir disparando fotos-). Luego todos me querían matar, claro, y, ¡cómo no! siempre salen a relucir esas bonitas fotos bajo la nieve que hice del primer viaje a Madrid.
Y ese es el motivo por el cual este post no tiene testimonio gráfico personal. Bien que lo siento por Eme que, en esta sección y en su blog en general, luce bellísimas fotos de los lugares visitados, tanto por ella como por todos los blogueros que por aquí van pasando.
Muchos años después he vuelto a Madrid:
-Una primera vez sola (tonta de mí, no quise que nadie me acompañara y luego me arrepentí) a examinarme de unas dificilísimas oposiciones; fue horrorosa la experiencia. Nunca se me olvidará que el recepcionista del lugar en que me alojé, cuando me vio entrar toda pesarosa porque me había salido mal el examen y, encima, me había perdido, me dijo con tono parental: "¡Pero corazón de buena alma, a estas cosas de los exámenes uno ha de venir bien acompañado!".
-Una segunda vez, con amigas, a ver "El fantasma de la Ópera". Recuerdo esa sensación de campar a nuestras anchas por las calles madrileñas como de auténtica libertad.
-Y finalmente, el pasado año en dos felices ocasiones: una con motivo de la presentación de un libro de Pablo Palazuelo, dónde conocí a tres amig@s blogueros (Paloma -alias Kirke Libris-, Francisco Moroz y Juan Carlos Galán) en la que experimenté nervios antes de pisar la capital por lo novedoso que tenía el encuentro en sí. Luego fue una sensación de auténtico y sosegado disfrute de todo (calles, lugares emblemáticos, comida,…) ya que tuvimos una guía de primera, que fue Paloma, y comprobé que casi todo seguía como lo recordaba.
En la otra ocasión, también este pasado año, con motivo de la Feria del Libro. Esta vez nos reunimos ellos tres y otras dos amigas blogueras más (Rosa Berros y Conxita Casamitjana). Esta vez el guía fue Francisco, que antes de nuestra llegada, tomó nota de las casetas que valían la pena de visitar. La ciudad no me ha dejado indiferente en ninguna de las visitas, más bien al contrario, me ha proporcionado variadas sensaciones pero con un elemento común a todas ellas: SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE me ha dejado con ganas de volver a ella.
Para concluir, diré a Eme que ha sido un honor para mí participar en esta sección. Que sepas que me ha encantado este 'viaje' a tu espacio virtual para dejar constancia de mi primer viaje y, sobre todo, que en él me he sentido como en mi propia casa.
¡Un saludo a todos!.
"¡¡¡ Muchas gracias a ti Chelo!!! Entrañable periplo por el recuerdo; y esos encuentros tan recientes... A uno de ellos no pude ir, y eso que fui la promotora del mismo, bueno otra vez será, hay tantas ocasiones como probabilidades que los encuentros ocurran ¿no lo creéis así? Y ahora cambiamos a otra perspectiva de ese Madrid con una musiquita".
Y hasta aquí las bonitas palabras de Eme y el detalle de pensar en mí, tanto a la hora de escoger esta canción de Keane, como a la hora de añadir corazones a la foto del grupo de blogueros.
Una idea estupenda la de compartir el primer viaje, lo has recordado de maravilla y ademas luego nos añades los otros viajes que has hecho al mismo sitio. Lo he pasado muy bien viajando contigo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Ester. Has sido una compañía muy agradable en todo el trayecto.
EliminarUn abrazo
Un viaje entrañable que me hizo recordar algunos míos, jejejeje
ResponderEliminarGracias, Tracy. Inevitablemente cuando nos cuentan un viaje, empezamos a evocar los nuestros.
EliminarUn beso
Hola Chelo. Yo ya dejé mi comentario en e blog de Eme y a él me remito para no extenderme. El primer viaje es como la primera relación amorosa, nunca se olvida, y si el destino de ese viaje es Madrid, mucho menos, pues es una ciudad polifacética donde las haya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por volver, Josep Mª, pues ya te leí allí, en el blog de Eme.
EliminarMe encanta tu comparación del primer viaje como la primera relación amorosa.
Un abrazo
¡¡¡Hola!!!
ResponderEliminarAyyyy tengo que ponerme al día con el blog de Eme. Me ha encantado tu primer viaje, el mío fue con 4 años pero creo que hay muchos primeros, el primero fuera de España, el primero con amigas, con novio, viajes de estudios, con los hijos...
Besos y las fotos son...molan.
Tienes razón, Gema. Hay tantos "primeros" viajes...
EliminarYo te aseguro que con 4 años no recuerdo ninguno, ¡qué pequeña eras!
Me alegra que te gusten las fotos. Las imágenes que están junto a mi cara las acopló Eme, es una artistaza.
Un beso
Besos
Qué bonito relato. Un beso.
ResponderEliminarGracias por venir, Susana. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn beso
Ay Chelo, no me extraña que quisieran matarte jajajajaa. Bueno, son cosas que pasaban antes con los carretes de fotos tradicionales (y el que diga que no le ha pasado nunca...).
ResponderEliminarQué bonita y entrañable tu primera vez en Madrid, con la familia y visitando a una amiga. Eras muy jovencita, ya me imagino la ilusión que te haría y el recuerdo tan especial que te dejaría. Me ha hecho gracias saber que volviste más adelante para ver "El fantasma de la Ópera", ¡yo también lo hice!. Me planté allí con mi hermana y mi marido solo para poder acudir al musical. Guardo un recuerdo estupendo y lo recuerdo siempre que escuchamos el CD que compramos.
Me ha encantado leerte. Como dice Eme transmites tanta ilusión y positividad que una se va de tu casa con las pilas cargadas. ¡Gracias por este paseo, preciosa!
Besitos y feliz tarde de miércoles.
Menudo rollo lo de los carretes antiguos de fotos, ¿verdad? pero la emoción previa a ver las fotos era inigualable. Ahora con las fotos digitales se ha perdido el "efecto sorpresa" de las fotos.
EliminarMe ha encantado saber que también fuiste a ver El fantasma de la Ópera. Yo recuerdo que, para mis amigas, fue la excusa perfecta para pasar un finde en Madrid, ¡fue muy emocionante!
Y que sepas que te agradezco enormemente las palabras que me dedicas. Nada me satisface más que saber que te vas de aquí con las pilas cargadas, me siento contentísim por ello.
Un beso gigante y que tengas un feliz fin de semana, querida Julia.
Lo vi en el blog de Eme, siempre es una vivencia que nunca hay que olvidar. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por volver y comentar. Desde luego hay cosas como éstas que no se olvidan.
EliminarBesos, Mamen.
Ya te leí en el blog de Eme y allí dejé mi comentario. Entrañable tu primer viaje. Mi primer viaje a Madrid fue para hacer un transbordo hacia Alicante. Creo que pasamos una noche en casa de mis tíos y luego continuamos hacia el Mediterráneo. Siempre vuelvo feliz a Madrid.
ResponderEliminarUn beso.
Te leí en el blog de Eme, Rosa, así que gracias también por regresar aquí. Te pasa como a mí, siempre vuelvo feliz a Madrid (qué bonito lo has dicho).
EliminarUn beso
Es cierto Chelo que visitarte es salir con las pilas cargadas, eres un encanto y transmites tanta positividad, buen rollo y cariño en tu blog que una siempre se lleva una sonrisa. Y como afortunada por haberte conocido, corroboro que eres tal y como se intuía en el blog, un encanto de persona.
ResponderEliminarMe ha encantado leer este primer viaje y esos recuerdos de una infancia feliz, muy bonito y siempre se lleva en el corazón.
Y qué decir de nuestra feria del libro y nuestros estupendos guías madrileños, solo cosas buenas.
Un placer amiga compartir con vosotros esa experiencia que espero repetir pronto, a ver si nos animamos.
Besos
¿Y qué digo yo ahora después de tus hermosísimas palabras, amiga? por una parte darte millones de gracias por ellas y por todo lo que comentas respecto al post; y por otra, decirte que el placer de conocernos en persona fue mutuo (aún recuerdo tu llegada sonriendo, lo expectantes que estábamos todos y hasta lo que te dijimos respecto a la foto que tenías de perfil).
EliminarYo también espero, o mejor dicho, deseo que nos animemos de nuevo.
¡Muchos besos y todo mi afecto!
Las cámaras de antes tenían su encanto, sobre todo la emoción del revelado y esa espera hasta que podías ver las fotos. Pero claro, muchas cosas podían salir mal, jaja. En cualquier caso, bonitos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las cámaras de antes, efectivamente, tenían su "aquél". Recuerdo que odiaba lo típico de que salieran cabezas o piernas cortadas cuando pedía que echara la foto alguien 'no muy puesto'. ¡Desperdiciar fotos era como un crimen!
EliminarGracias por tu comentario, un beso.
UNA CRÓNICA QUE DENOTA INOLVIDABLES!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Agradezco que hayas venido, AdolfO.
EliminarUn beso
Me has hecho viajar contigo y recordar una época. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra mucho lo que dices, tocaya, y aprovecho para felicitarte por tus bellas poesías.
EliminarOtro abrazo para ti.
Qué manera tan bonita de contar tu primer viaje (y los sucesivos) a una ciudad que, no sé muy bien por qué, a mí me chifla ;)
ResponderEliminarAdemás, esa última foto en la rosaleda de El Retiro me ha traído recuerdos muy entrañables.
Gracias por la parte que me toca al mencionarme, eres una viajera estupenda y además tienes una cualidad muy importante a la hora de viajar: la capacidad de verlo todo con ilusión y optimismo (incluso cuando vas a opositar).
Un beso grande, compañera.
La foto de la rosaleda me retrotrae a justo ahora hace un año y me produce hasta nostalgia...
Eliminar¡Cómo no iba a mencionarte si fuiste una guía maravillosa! Si salió todo tan bien, justo es decir que tuviste muchísimo que ver en ello.
La vez que fui a opositar lo pasé muy mal, la verdad. Aún no sé cómo me atreví a ir sola, supongo que influyó mi juventud.
Gracias por todo lo que dices, ¡haces que me sonroje, compi!
Te mando un beso tan grande como de aquí a Madrid ;-)
Ya está todo dicho por tantos compañeros que me han antecedido con sus comentarios.
ResponderEliminarSabes que te denoto como una persona muy especial, de esas a las que es un privilegio conocer de primera mano.
Positiva, alegre y entrañable. De esas a las que te abrazarías para sentirte bien.
Veo que tus viajes a Madrid no te dejaron indiferente. A los que te conocimos en uno de ellos tampoco nos dejó indiferente esa personita acompañada con una maleta rosa.
Besos y perdona mi larga ausencia.
Perdóname tú a mí el retraso, amigo. Se me pasó responder algunos comentarios a este post :-(
EliminarGracias, gracias, gracias...¿qué más puedo decir que no sea esto?
Tu comentario es maravilloso, y que sepas que a mí tampoco me dejasteis indiferente ninguno de vosotros.
Un abrazo muy fuerte que espero que te siente tan bien como dices.
Muy tiernos tus recuerdos de ese primer viaje a Madrid, una ciudad preciosa que visto a menudo.
ResponderEliminarMe gusta que hayas puesto fotos tuyas (gracias) aunque las de la nieve no te hayan salido. Recuerdo esas cámaras jajajaja (y no están tan lejanas en el tiempo) y el cuidado que había que tener a la hora de enrollar el carrete (y uno que es despistado por naturaleza) era un buen ejercicio de concentración.
Me encantó la frase de esa señora sobre la necesidad de ir acompañada a los exámenes.
Besos
Pues a mí me encanta que, como es habitual en ti, te quedes con los detalles, como el de la necesidad de ir acompañada a los exámenes.
EliminarPor otro lado, decirte que si viajas a Madrid con frecuencia te envidio, linda ;-)
Un abrazo y muchas gracias por tus letras.
Me ha encantado Chelo, ¡qué cariño desprendes!
ResponderEliminarLos mejores viajes sin duda son los primeros, rodeados de la familia y luego claro, con los amigos.
Me has enternecido, :)
Gracias por compartirlo con nosotros.
Besos.
Qué bonitooo...¡mil gracias a ti, perla!
EliminarCierto, los viajes son distintos según sean en familia o con amigos porque el plan siempre es distinto.
Te mando un beso enorme y me alegré mucho de tu regreso "a los ruedos blogueros" ;-)
En primer lugar decirte que Eme ha hecho al principio un retrato literario de ti que comparto en todo lo dicho, eres una persona generosa y especial y lo digo como lo siento, querida Chelo.
ResponderEliminarGracias por compartir ese primer viaje a Madrid en familia y las impresiones que te produjo los detalles que narras. Ha sido fantástico viajar contigo desde tus letras tan llenas de vida.
Un gran abrazo!!
Ohhh, me sonrojas, querida Mila. Quiero que sepas que el sentimiento de persona especial es recíproco, de ahí que 'conectemos'.
EliminarMe alegra que te sumaras a mi viaje y no se te hiciera pesado. Para mí lo fantástico es tener tu comentario.
¡Un abrazo fuerte, pretty!
Interesante primer viaje. Lo que te pasó a ti con el carrete me ocurrió a mí parecido en mi primer viaje por cuenta propia, pero en este caso, me olvidé de ponerle el carrete. Vimos (mi marido y yo) que no se gastaba nunca pero no nos dio por sacar ninguna conclusión acertada de eso. El último día nos dimos cuenta, cuando nos veníamos. Un beso, Chelo.
ResponderEliminarMe has hecho reir porque tu anécdota del (no) carrete fue peor, amiga.
EliminarMenudo coraje os daría, supongo que el mismo que a mí y a mi familia, porque luego no queda testimonio de lo visitado y a los que nos gusta la fotografía nos parece poco menos que un drama.
Muchas gracias por tu comentario.
¡Un beso, Ángeles!
Jo, ¿te puedes creer que la primera vez que he viajado a Madrid fue el año pasado? Pasé diez días de agosto y creo que me robó el corazón para siempre, a su modo, a lo gran ciudad, como hace años lo hizo Granada y la verde Asturias. Un abrazo!
ResponderEliminarMe lo puedo creer, David. Y tú, ¿te puedes creer que yo no he visitado Granada? Imperdonable...
EliminarA mí Madrid también me impactó como gran ciudad y, como digo en el post, en cada ocasión me produce distintas sensaciones.
¡Un abrazo y gracias por venir!
Tengo pendiente visitar tu blog (y muchos más).