Hoy he visto un ángel,
un ángel de carne y hueso,
traía cierto donaire y,
al verle, le pedí un beso.
Tiene el pelo ondulado
y una risa contagiosa;
he estado a su lado
sin poder darle gran cosa.
Pero él, que no esperaba nada,
sí me ha dado su cariño
sin saber yo quién soy,
¡no hay nada como ser niño!
Todos vamos detrás de ella,
de la ansiada felicidad,
él la tiene por compañera,
a ella y a la bondad.
Hoy he visto un ángel,
de los que son de verdad.
Que crezca feliz sin que nadie le haga daño. Los ángeles son regalos que no todos sabemos distinguir.
ResponderEliminarPrecioso tu comentario, ¡gracias Ester!
EliminarUn beso
Son los que salvan la mediocridad del mundo.
ResponderEliminarDí que sí, Tracy. No puede ser más acertado tu comentario.
EliminarBesos
Qué ternura Chelo, :)
ResponderEliminarLo niños tienen un don, y es que dan amor y una felicidad infinita.
Besitos!
Así es, y dan dan dan... a cambio de absolutamente nada.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Irene, me alegra verte.
Un beso
Es la sencillez y la transparencia lo que hace de este breve poema un bello texto, lleno de ternura y cariño.
ResponderEliminarA demás estoy en sintonía con lo que cuenta; los ángeles son la subliminada imagen de las buenas personas.
Encantador escrito, Chelo.
¡Abrazo, Compañera! ;)
No soy yo persona de palabras grandilocuentes, Edgar, de ahí quizás la sencillez de la que hablas; aunque eso sí, cargada de inmenso cariño en este caso.
EliminarMe ha alegrado muchísimo que hayas captado lo que he querido transmitir, ¡gracias!
Besos y que tengas un buen fin de semana
Una preciosidad :) Es verdad que a veces los niños tiene este efecto, ¿no? Como lo rejuvenecen a uno sin proponérselo. Y eso que a mí ni siquiera me gustan demasiado, vaya.
ResponderEliminarPues para que no te gusten demasiado, Holden, a mí me ha gustado mucho tu comentario. Si es que eres más sensible de lo que pareces... ;-)
EliminarRejuvenecen porque has de 'bajar' a su nivel, en todos los sentidos.
¡Muchas gracias y un beso!
Qué bonito Chelo porque los niños causan esa ternura pero también porque la persona que ha escrito el poema lo es, se nota que disfrutas con ellos y lo que te provocan y sienten, ese es tu ángel amiga.
ResponderEliminarUn enorme beso preciosa
Millones de gracias, Conxita.
EliminarLo has dicho tal cual fue: el poema fue lo que me provocó estar frente a ese peque al que hacía mucho tiempo que no veía. Quería ofrecerle algo y no tenía nada, así que me dio
su manita y simplemente echamos a andar.
¡Un beset molt fort, reina!
Ayyyyyyyyy los niños son la sal de la vida, me encanta tu poema.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Gema. Cuánta razón tienes, ¿o no es bien cierto eso de que en todas las casas debería haber un niño?
Eliminar¡Besos y buen finde!
Hola! No soy de poesía pero que bonito! Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarUn saludo!
Me alegro de que te guste, Bea, ¡gracias a ti por comentar!
EliminarUn beso
El no esperar nada y darlo todo, esa mirada inocente y feliz que contagia. Los niños son grandes maestros de la felicidad.
ResponderEliminarHa sido precioso leer tus letras Chelo.
Gracias por compartir tu mirada.
Besos-)
'Grandes maestros de la felicidad', ¡precioso, Mila!
EliminarTe voy a decir algo más que he escrito en el poema y que, como le decía a Conxita, me provocó el angelito: le ví tan feliz que luego pensé que él sí tiene eso que todos andamos buscando como locos, la felicidad.
Gracias por tus palabras, linda, ¡un beso enorme!
Hermoso y tierno, Chelo. Un poema para encuadrar.
ResponderEliminarSaludos.
Ohhh, me llenas de satisfacción los bolsillitos del corazón ;-)
Eliminar¡Muchos besos, Raúl O.!
Qué bonito, Chelo. Este poema bien merece ser recitado por Navidad, rodeada de todos tus amigos y familiares, como cuando éramos chicos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mil gracias por tu comentario. Me siento muy halagada, Josep Mª, ya que tú eres un escritor de primera.
EliminarUn abrazo y que tengas un finde bonito.
Qué hermoso Chelo! La inocencia sumada a la felicidad no deberían perderse nunca! Pero con el paso de los años e historias personales...lo más cercano a esas virtudes, son los niñ@s! Aunque pienso que aún quedan por suerte personitas, mayores de edad, que son ángeles, visibles e invisibles...:) porqué no?
ResponderEliminarBesitos!!
Tú siempre tan optimista, Gema. Mira, has destacado una cualidad intrínseca a los niños, que me encanta, y es la ingenuidad.
EliminarY efectivamente, hay adultos que son como ángeles para nosotros, pues nos cuidan y protegen. Algunos los tenemos cerca y otros más arriba.
¡Muchos besos, solete!
Si te miras en sus ojos
ResponderEliminary te reflejas en ellos
verás a un ángel chiquito
que tiene un poco de miedo.
Es tu ángel no lo dudes,
el que tú eras de pequeño.
Ahora, cuando ves a un niño
no te resistirás a serlo.
Angelearás con ellos
y compartirás sus juegos
haciéndote compañero.
Me encantó el poemilla. Se te nota en él, que esa visión del ángel hecho niño, te impactó.
Muchos besos.
¿Es creación tuya este poema, Francisco? Pregunta retórica, porque estoy segura de que sí. Es precioso no, lo siguiente.
EliminarY qué verbo tan bonito has usado, amigo. Si todos 'angeleáramos' más, mejor nos iría seguro.
Me alegra que te haya gustado, y ¿sabes qué? que me has calado. Tenía muchas ganas de verle y hubiera hecho eterno el abrazo cuando nos despedimos.
Muchos besos, y gracias infinitas por tu poema
Qué ternura nos despiertan los niños y cuánto nos emociona su inocencia.
ResponderEliminarPrecioso poema, compañera, se nota que ese angelito(s) lo ves a menudo, rezuma ternura por todos lados.
Un beso grande.
Es que niño y ternura van de la mano, ¿verdad? Como le decía a Gema, su inocencia es de lo mejorcito que hay en la vida.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado, compi mía, pero es un angelito que veo muy pocas veces, por eso me inspiró (y le dediqué) el poemilla.
¡Un beso enormeee!
Aplaudo tu comentario, Julio D.
ResponderEliminarSi somos capaces de creer cuentos chinos, ¿por qué no creer en los ángeles o que todos los niños lo son?
¡Muchos besos, buen fin de semana!
Hola saludos eso son ángeles por la ternura, por su inocencia y por su verdad que es la mejor y la natural. Besos
ResponderEliminarSu verdad...qué bonita verdad. Por algo se dice que son de los que siempre la dicen.
EliminarGracias por pasar por mi blog, NaNy, ¡un beso!
Los niños son un soplo grande de vida. Tú poema rezuma ternura y cariño por todos los lados, ahora que mi hijo a cumplido 18 tengo permanentemente los años en que fue niño y alguna que otra lagrimilla se me escapa no te creas, es lo mejor que la vida me ha regalado un hijo y un niño que fue y es un hombre maravilloso. un beso TERE.
ResponderEliminarGracias por tus palabras hacia mi poema y seguro que tu hijo se sentirá agradecido por las que le dedicas a él. Seguro que es maravilloso.
EliminarAprovecho para darte ánimos y decirte que todo irá bien, ¡que te cuiden mucho, Tere!
Un abrazo muy fuerte
Con todo mi cariño y después de haberme dejado encogido el corazón y alguna lagrimilla traviesa después de leer tu precioso y conmovedor poema.
ResponderEliminarDe modo que te felicito por saber escribir poesía y no me digas que si la mía es mejor, no Chelo, la tuya es preciosa también.
Un millón de besos por lo menos.
Millones de gracias por lo menos, Estrella.
EliminarA ver, amiga, si escribir poesía es plasmar en verso lo que te nace de dentro en el momento en que te nace (como en este caso), entonces digamos que algo, aunque sea pequeño, puedo hacer.
Si se trata de planificar el hecho de escribir poesía, te digo (y créeme) que no.
Y sí, la tuya es mejor ¡y me encanta!
¡Muchísimos besos de vuelta!
Qué bonito <3
ResponderEliminarRealmente los niños son angelitos y el que les hace daño no merece vivir.
Besos
Estoy de acuerdo con tu categórica afirmación, Eva.
EliminarMuchas gracias por tu paso, ¡un beso!
Ver un ángel es un don que tienen solo las personas sensibles y soñadoras, aquellas de espíritus trasparentes y diáfanos, como los niños. Qué bien te ha quedado la escena del beso, esa actitud de amor de quien requiere ternura. Hermoso poema Chelo. Es la primera vez que vengo por aquí. Con tu permiso volveré a pasar para curiosear entre tus cosas tan bonitas. Un saludo.
ResponderEliminarAriel
Tienes las puertas de esta casa mía abiertas de par en par, para curiosear todo lo que quieras. Yo, por mi parte, prometo visitarte en breve, R. Ariel.
EliminarMe ha encantado tu forma de 'definir' a los niños: espíritus transparentes y diáfanos. Así son ciertamente, bien claritos y carentes de dobleces.
Mil gracias por la parte que me toca ;-)
Un beso y feliz semana