El domingo pasado a mediodía propuse a un amigo y a una amiga ir al cine a ver esta película porque, aunque mi cuñada se moría de ganas de verla, ser mamá de mellizos de 7 meses no compagina bien con ir al cine, así que se quedó con las ganas.
De camino les leí (hasta el punto de marearme, pues tampoco compagina mi cuerpo lo de leer e ir en coche) la completísima y excepcional reseña de una bloguera amiga, Rosa Berros Canuria.
Como les dije a ellos previamente, yo nunca he ido al cine sola, pero el domingo hubiera sido ese día (siempre hay una primera vez para todo; de hecho me senté al lado de una chica que, como tantas otras personas, van sin compañía al cine).
Me llamaron la atención algunas cosas y me planteé algunas cuestiones y es de ellas de las que voy a hablar, no sin antes decir que "La chica danesa", de Tom Hooper, narra la historia real de la primera persona de la historia que se sometió a una operación de reasignación de sexo, con el complicado proceso psicológico que conlleva.
Si a ello añadimos una preciosa fotografía, un sublime diseño de vestuario (hay que tener en cuenta que el diseñador español Francisco Delgado, está nominado al Oscar) y el juego del misterio de fondo, tenemos como resultado esta fascinante película.
Si a ello añadimos una preciosa fotografía, un sublime diseño de vestuario (hay que tener en cuenta que el diseñador español Francisco Delgado, está nominado al Oscar) y el juego del misterio de fondo, tenemos como resultado esta fascinante película.
La primera conclusión que saqué fue que cuando el amor es auténtico, total y pleno (ya sé, son palabras intrínsecas a la palabra "amor"), se ama a la persona tal cual es y como es. Pero...¿también aunque la otra persona quiera ser quien realmente (en la realidad, quiero decir) no es?.
Tuve serias dudas de si Gerda (Alicia Vikander, nominada al Oscar a la mejor actriz de reparto, que actúa con mucha naturalidad y una arrolladora fuerza), amaba al Eynar del que en su día se enamoró (Eddie Redmayne, nominado al Oscar al mejor actor protagonista) y no al Eynar que en la realidad se estaba convirtiendo, pues deseaba que continuara siendo aquél chico al que conoció, aferrándose a su recuerdo todo el tiempo.
Lili Elbe |
Que le seguía queriendo no había ninguna duda; de lo contrario no se explica su infinita comprensión, su inagotable paciencia, su inmenso sufrimiento y su enorme resignación, casi al borde de la extenuación. Todo lo hacía por y para él, sin pensar en ella que, a la postre, tenía también la ardua tarea de "reamueblar" su cabeza.
Aunque ella algo intuía (o eso creí) antes de que empezara todo, pues una noche le preguntó a Eynar, así, sin más: "¿hay algo que quieras contarme?".
Algún tiempo tuvo que pasar para poder escuchar de boca de Lili Elbe (en quien se convierte Eynar tras un largo periplo), que había sido muy afortunada al tener una mujer como ella, Gerda, a su lado.
La segunda cosa que me planteé es algo obvio, pero no por ello carente de importancia, y es: o estás en el cuerpo en el que quieres estar o, la vida es 'invivible' (con todo lo contradictorio que acarrea este oxímoron).
Matthias Schoenaerts, es Hans amigo de juventud de Eynar |
Me hizo pensar también que hay amigos que desde la infancia siguen ahí, más dispuestos a ayudar que los que, a veces, tienes a diario al lado.
Y, por último, una apreciación puramente subjetiva: me cautivó el rostro fino y aniñado (con su arrugar de ojos y ligero pestañeo) de Eddie Redmayne; consideré que está pluscuamperfecto en el papel tanto de Eynar como de Lili.
Los actores en la vida real: Alicia Vikander y Eddie Redmayne |
Tom Hooper, en la presentación de la cinta en el pasado Festival de Venecia, dijo: "El argumento es la inclusión, el sentirse reconocido, a través del amor", y no puedo estar más de acuerdo.
Como dato curioso diré que ha sido prohibida en varios países de Oriente Medio (Qatar, Emiratos Árabes, Oman, Bahrain, Jordania y Kuwait), tal y como señaló la prensa americana.
Y para acabar en el mismo tono distendido con el que empecé, diré que mi amigo, a quien dejamos sentarse enmedio de nosotras dos, tuvo que oír sollozos por ambos lados, y es que ha sido la película más impactante y conmovedora que he visto en los últimos tiempos.