"Matar un ruiseñor"

Este post es el segundo de la Sección Al alimón.

El libro & película con el que hemos decidido seguir es:

"MATAR UN RUISEÑOR".

El guión del director Robert Mulligan está basado en la única novela de la escritora estadounidense Harper Lee, curiosamente su primera y única novela.

Aquí os dejo la reseña de Kirke de Leer, el remedio del alma.

La película goza de los siguientes premios:
1962: 3 Oscars: Mejor actor (Gregory Peck), guión adap., dirección artística. 8 nominaciones
1962: 3 Globos de Oro: Entendimiento internacional, actor (Gregory Peck) y BSO. 5 nom.
1963: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
1962: Premios David di Donatello: Mejor actor extranjero (Gregory Peck)
1963: Premios BAFTA: 2 nominaciones incluyendo a Mejor película

“Si consigues aprender una sola cosa, te llevarás mucho mejor con todos tus semejantes. 

Nunca llegarás a comprender a una persona, hasta que no veas las cosas desde su punto de vista… 

hasta que no logres meterte en su piel y sentirte cómodamente".

Este es, para mí, el mensaje principal que transmite la película. Después de verla, no me queda ninguna duda respecto a tanto premio ni tampoco de lo poco que se puede hacer cuando impera la injusticia. Tampoco dudo de que la injusticia genera desgracias y de que la verdad siempre asoma al final del recorrido.

En el fondo lo que subyace es una profunda crítica social a la desigualdad de clases, a lo irracional que puede llegar a ser la gente cuando actúa en masa, y a los viejos prejuicios de la época que destacaban la superioridad de blancos sobre negros, sorprendiendo incluso que un negro sienta compasión por una mujer blanca.

Me enamoré quedé prendada del personaje que encarna Gregory Peck, Atticus Finch (ahí andamos con un poco de "rifirrafe" Kirke y yo, aunque no creo yo que la sangre llegue al río, tal y como deduzco tras cruzar algunos mails respecto a esta nueva entrega...).

Me atraparon sus valores humanos y sus principios: su humildad (cuando le dice a su hija que no le gusta que una persona -que le debe dinero y, en pago, le lleva una bolsa de nueces-, le dé las gracias, porque él cree que el otro se siente cohibido); su corrección hasta cuando le escupen en la cara, y su exquisita educación hasta con los que no tienen ninguna. 

Pero, sin duda, lo que más me encandiló fue su sensibilidad, sin "azúcares añadidos", añadiría. 

La actriz Mary Badham, que encarnó a Scout, la hija de Atticus en la película, dijo al recordar al actor: "Fue uno de los mejores padres del mundo".

De todos los demás personajes destacaría algún rasgo: 

-de Scout su ingenuidad y ternura en todo momento, pero en especial cuando le pregunta a Radley (el raro vecino del que recelaban durante su aburrido verano) si quería acariciar a su hermano (que se encontraba herido en la cama), "ya que despierto no le gusta". 
-de su hermano Jem su inmenso amor fraternal hacia ella, separándola de todas las peleas y "fregados" en los que se metía por defender los valores que aprendía de su padre.

-de su nuevo amigo Drill, el valor de su fiel amistad.

-de la sensata vecina, que llega a decir a la niña: "hay hombres que nacen para cargar con las tareas desagradables de los demás" (refiriéndose a Atticus).
-y me gustó la criada de la familia, Calpurnia, porque a pesar de ser (según los cánones de la época) de "otra clase" por ser negra, es capaz de regañar a Scout -que había invitado a un amigo pobre a comer y con el que se metió por sus modales- diciéndole "¡déjale, como si se quiere comer el mantel!".

Es la propia niña, Scout, casi al final de la película, quien acaba con este mensaje:

"mi padre dijo que no olvidase que matar a un ruiseñor era un grave pecado… porque supongo que los ruiseñores no hacen otra cosa que cantar para regalarnos el oído".

Y de ahí el título de esta recomendable película.