29/09/2015

¿No?

Últimamente estoy sufriendo el fenómeno que me ha dado por llamar del "no gracias".

Está claro que el "no" es un término que cuesta utilizar (yo misma confieso que no sé usarlo, ni aprendo por más que me empeñe).

Cuando el "no" va seguido de una coma marca una diferencia grande en la frase. Otras veces, en cambio, lo empleamos tácitamente pues se esconde detrás de algunos rodeos o  excusas.

Pero no es de esos "no" de los que yo quiero hablar ahora, sino de los que implican ausencia de algo, similar al neologismo  acuñado tras la película "Alicia en el País de las Maravillas", donde Alicia se encuentra con el Sombrerero loco, la Liebre de Marzo y el Lirón, y celebran una fiesta de "no cumpleaños".

Y es que recientemente me he encontrado con varios de estos  "no gracias" que, como ya dije, es distinto de "no, gracias". 

Personas a las que intentas ayudar y recomendar para ciertas gestiones o a las que felicitas por su cumpleaños y que tienen lo que se dice "la callada" por respuesta.
 
Podría no dar importancia a este hecho, pero como viene siendo algo reincidente se la doy y me pregunto: ¿qué puede haber detrás de ese "silencio"?  ¿un simple despiste? ¿un creer que uno está obligado a hacerlo?, ¿un "no me da la real gana, no he podido" ?, ¿o algo tan trivial como un simple fallo tecnológico? son cosas que, según el caso, se queda uno sin saber...

Sea como fuere, yo nunca voy a dejar de pronunciar esas siete letras que tanto sentido tienen para mí, por lo que quería aprovechar este post y el tema en cuestión para decir: ¡gracias! por estar ahí aunque no hable de películas o lo haga simplemente "de pasada".


23/09/2015

Otoño


"Del otoño aprendí 

que, aunque caigan

las hojas,

el árbol

sigue en pie".

21/09/2015

"El curioso caso de Benjamin Button"



Este post es el primero de la sección Al alimón de la que os hablaba en la entrada anterior.
El libro&película con que hemos decidido inaugurarla es:
"El CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON"
La película, del director David Fincher, está basada en un relato que lleva el mismo nombre, escrito por F.Scott Fitzgerald
Aquí os dejo con la reseña de Kirke.

La película estuvo nominada a 13 Oscars, pero sólo consiguió 3: mejor Dirección Artística, Mejor Maquillaje y Mejores Efectos Visuales.
Benjamín  nace a finales de la I Guerra Mundial como un bebé viejo. Está condenado a crecer al revés, a rejuvenecer mientras la gente de su edad envejece, ¿por qué? Porque su existencia se rige por un reloj biológico inverso que inventó una persona ciega con la finalidad de volver a recuperar el pasado.
Aunque todo esto suena a pura ficción, en la película parece todo muy real, quizás por la magistral interpretación de dos de mis actores favoritos (desde que les vi protagonizar juntos "Babel").

En esta película Brad Pitt encarna a Benjamin y Cate Blanchet  a Daisy, y la caracterización de ambos, como véis, está fuera de serie. 
También aparece Julia Ormond, que es quien narra la historia tomando como base un diario, siendo su relato el hilo conductor de la película, compaginado con la voz en off del protagonista.

Los diálogos son para grabarlos a fuego por las enseñanzas que contienen (más abajo reproduzco algunas frases que fui tomando, libreta en mano, mientras veía la película), todo ello aderezado con una música exquisita.
    
A pesar de ser una película muy larga (dura alrededor de tres horas), las vicisitudes que les toca vivir y, en especial, la particular historia de amor entre Benjamin y Daisy, que yo diría que llevan "con el pié cambiado" durante todas las etapas de su vida, hacen que sea una película recomendable.

Y ya hilando más fino, decir que me inspiró mucha simpatía y ternura el personaje de Queenie, la madre adoptiva de Benjamin (en la foto). 

Hay que ver con qué cariño se hace cargo del bebé, dado su poderoso deseo de ser madre, comportándose como tal sin importarle para nada el aspecto del niño que halló en la puerta de su casa, cuando en realidad fue ese aspecto el que llevó a su verdadero padre a dejarlo allí al morir su esposa, madre biológica del niño. 

En contrapartida, he de reconocer que me dio mucha pena la escena de Benjamin niño tocando medio tirado encima del piano. Por entonces ya padecía demencia. 



Muy triste también es la escena final de Daisy, ya anciana, con el bebé en brazos casi a punto de expirar.

He de confesar que a mi hay algo en esta historia que se me escapa o que no entendí bien (quizás es que no haya que planteárselo...), y es que Benjamin nazca con cuerpo viejo siendo un recién nacido, y muera con cuerpo de recién nacido joven, de lo que se deduce que dos veces en su vida fue un bebé, ¿cierto?

Como frases para recordar recopilé las siguientes:
  • Las oportunidades marcan nuestra vida, incluso las que dejamos pasar.
  • Nos disponemos a estrellarnos y no lo sabemos.
  • Ha sucedido cuando tenía que suceder.
  • Los que duermen están bien. Los que se van es para que apreciemos su existencia.
  • Es curioso lo de regresar a casa. Se ve igual, huele igual, la sientes igual. Te das cuenta que fuiste tú el que cambió.
     Lo que al fin y al cabo quiere transmitir la película es, como dijo Mark Twain en su día:  
    "La vida sería infinitamente más alegre si pudiéramos nacer con ochenta años y nos acercáramos gradualmente a los dieciocho".
    Y en el siguiente fragmento, unido a la imagen del protagonista, se encierra todo un lema de vida, de la que le tocó vivir a Benjamin Button.

18/09/2015

Al alimón




  Siempre ha habido cierta polémica entre los amantes de la lectura y los de la cinematografía acerca de las novelas adaptadas al cine. ¿Qué versión es la mejor, la literaria o la cinematográfica? ¿Ver después de leer o viceversa? 

 Normalmente los que aman la lectura prefieren la novela y los que aman el cine la película. No es cuestión de generalizar; cada formato tiene sus virtudes pero también sus limitaciones y cada versión aporta aspectos diferentes: la película aporta el poder de la imagen, el libro profundidad.

 Hace unos meses Kirke, de "Leer, el remedio del alma" y la que escribe decidimos complementar nuestras respectivas aficiones: Kirke, la lectura y yo el cine. Nos comprometimos a hacer una entrada conjunta. Kirke leería un libro en el que se hubiera basado una película mientras que yo visionaría la película correspondiente. Luego cada una haría su valoración para confrontar los dos puntos de vista. Pensamos que sería una curiosa manera de analizar una misma historia contada en dos formatos distintos. 

 Bien, esa idea se ha llevado a la práctica  creando una sección en nuestros respectivos blogs: "Al alimón". Esperamos que os parezca tan divertida como a nosotras nos lo resultó diseñarla primero y realizarla después.
  
 Ya nos hemos puesto manos a la obra para colgar la primera entrada. Aquí os dejamos una pista:





14/09/2015

¿Torera yo?

No es que haya estado mes y medio de vacaciones, ni mucho menos...
 Es que hasta ahora me ha sido materialmente imposible sentarme a escribir.
 Y he de reconocer que he echado mucho de menos este mundito, tanto escribir en mi blog, como leer y comentar en los vuestros.
Como lo bueno se acaba (y lo malo también, faltaría más), aquí estoy.

 ¡¡¡¡¡¡HOLA DE NUEVO A TODOS!!!!!!

He querido aprovechar este primer post postvacacional para contaros algunas de las cosas que me han sucedido este verano.

¿Habéis subido alguna vez a algún tren turístico? seguro que sí.
¿Ha embestido alguna vez un tren turístico vuestro coche? seguro que no. 
Pues a mí sí, como lo leéis...El día antes de mis vacaciones estaba estacionada enfrente del chalet de mi hermana, y de repente, oigo un gran ruído y revuelo en la calle. 
Salgo y me encuentro con que un trenecito de esos me había rascado todo el lateral del coche, me había reventado la rueda trasera y roto el retrovisor.
El conductor me decía que él no había sido y los pasajeros, ojipláticos, se tiraban las manos a la cabeza mirando los desperfectos de mi coche. 
Fuí corriendo en busca de un policía que estaba en un punto cercano, y al que casi llevo literalemente del brazo hasta el lugar de los hechos y, mientras el chófer decía: "oiga, que me he de ir, que tengo que seguir transportando gente", y el policía le respondía: "usted no se mueve de aquí hasta que yo le diga", otro trenet que venía a toda prisa arrolla el coche de mi cuñado, también aparcado en la puerta de casa (¡a la espera de que retiraran un vehículo que estaba estacionado en su vado!). Porque no era momento de bromas, sino le grito lo de ¡cuñaooooooo! 
Os puedo asegurar, ya que no hablo de películas hoy, que la escena fue de película, y diría que de las de ficción, vamos.

Al pobre policía se le amontonaba la faena y solicitó refuerzos, llegando en seguida una patrulla.
Mi hermana, en plan colaborador, decidió llamar al seguro y no tuvo otra ocurrencia que decir: 
-"Buenas tardes, mire, que nos han arrollado unos trenes...
-Por el amor de Dios, señora, dígame ¿han habido muertos?" le preguntaban al otro lado del teléfono. 
No es caso de broma, pero es que mi hermana no estuvo muy fina que digamos.

Y no os sigo contando porque la batalla entre los seguros (nuestros y los de los dichosos trenets) resultó ser una odisea difícil de olvidar.

Así que, haciendo gestiones y papeles, empecé mis vacaciones. Y paciencia me sobró para aguantar todo el mes sin vehículo.
Por supuesto, ahora me queda soportar la guasa cada vez que vemos uno de esos trenecitos:
-"¿Qué? ¿te apetece dar una vueltecita?"

Por otro lado, una antena de esas de internet en la azotea de mi finca (en un lugar que a nadie molesta y cuya existencia yo ignoraba), contratada por un par de vecinos, hizo que yo, que soy como una balsa de aceite excepto cuando me enfado mucho muchísimo, me pillara un cabreo tan grande como una plaza de toros. Y nunca mejor dicho, luego me entenderéis...

Que si yo, como Secretaria de la Comunidad de vecinos, sabía que estaba ahí la antena (¡ni que me paseara por el tejado todos los días o fuera un guardia jurado controlador de antenas!), que si yo estaba "compinchada" con los dos vecinos que se la instalaron, que si los vecinos, a su vez, estaban "compinchados" con el instalador, que ya se sabe que eso se paga muy bien...¡por favor! la gente ha perdido el norte y busca corrupción hasta entre vecinos, Presidentes y Secretarios de comunidades.

Convoqué rápidamente una reunión extraordinaria y confieso que me puse un poco bravita, aunque se me rompiera la voz en algunos momentos.
Puse los puntos sobre las "íes", y lo digo con mucho orgullo porque todo el mundo estuvo de acuerdo con lo que dije (y hasta me llevé un aplauso final).
Tras el mismo, y a pesar de que todo resultó ser habladurías de un único vecino, anuncié que, después de nueve años al frente de la comunidad con mucha dedicación, renunciaba a seguir  porque me parecía tremendamente injusto y porque mi paciencia ya no alcanzaba a  tolerar faltas de respeto, ni que se pusiera bajo sospecha que soy una persona íntegra.

Cuando se acabó la reunión, mi hermana que en ese momento llegaba, vió salir del edificio a Vicentica, una vecina ya de cierta edad que, cogida del brazo de su marido, le iba diciendo respecto a mí: 
-"ah pues... torera, torera...". 

Y así acabé mis vacaciones, esta vez con el traspaso de poderes papeles.

Y aunque todo esto con el tiempo quedará como algo anecdótico y que, de hecho, no ha impedido que disfrutara muchísimo del verano saliendo con mis amigos, cierto es que la vuelta al trabajo y mi reencuentro con mis viejos y archiconocidos "papeles", esta vez han sido realmente muy gratos, al igual que retomar por aquí mis trabajitos pendientes  ;-)